Ocurrió el pasado 29 de diciembre, en torno a las dos de la tarde. Un jabalí de considerable tamaño irrumpió en los prados situados junto al cercado de las osas "Paca" y "Tola", en Proaza, y dos cazadores que estaban apostados a unos cincuenta metros de la concurrida Senda del Oso abatieron al animal de sendos disparos. Los cazadores tenían aparcado un vehículo con un pequeño remolque para llevarse el animal a través de la propia senda, que comunica con la carretera Soto de Udrión-Puerto de Ventana (AS-228). Ni qué decir tiene que los senderistas que recorrían en ese momento la Senda del Oso, una ruta de lo más familiar, se llevaron un susto considerable. Y es que resultaba chocante oír tan cerca de localidad de Proaza los escopetazos de los cazadores.
El incidente muestra que el senderismo en Asturias no es ni mucho menos una actividad exenta de sobresaltos. Y es que las sendas más conocidas de la región -desde la ruta del Cares a los Arrudos, pasando por las más conocidas de Somiedo (la del Lago del Valle, la Pornacal o los lagos de Saliencia), la subida al Pico Pienzu, en el Sueve o la ruta del Alba, en Sobrescobio, por poner varios ejemplos- se encuentran en reservas regionales de caza, donde, según indica la administración regional, se puede portar armas y abatir animales, eso sí, tomando las medidas de seguridad necesarias para garantizar la integridad de las personas y animales domésticos.
El cercado de "Paca" y "Tola", por seguir con el ejemplo anterior, se sitúa en una zona tradicional de caza, como señala el propio director de la Fundación Oso, José Tuñón, que además es de este rincón asturiano. "En aquella peña, históricamente, siempre se ha cazado jabalíes, y siempre se han sacado las piezas a través de la senda", indica Tuñón.
El alcalde de Proaza, Ramón Fernández, tampoco se extraña de la presencia de cazadores junto al cercado de las osas. "Hay cuarenta batidas de jabalíes autorizadas en la reserva de caza. La Senda del Oso atraviesa en parte esa reserva, y desde hace muchísimos años siempre se han cazado jabalíes en esa zona. Las batidas se realizan con todas las medidas de seguridad y son supervisadas por guardas", indica el regidor. Fernández, además, llama la atención sobre la necesidad de abatir a los suidos, que "acaban con todas las huertas y causan destrozos considerables", como él mismo planteó a la Administración del Principado en su día.
La ley de caza no es muy clara respecto a las distancias de seguridad que deben respetarse por lo que respecta a las sendas y vías pecuarias. Tan solo indica que está prohibido cazar a menos de 200 metros de las localidades, una distancia que se reduce a cien metros en el caso de las viviendas aisladas. Fernando González Aparicio, secretario de la sociedad de cazadores Fadovisa, indica que, aunque la ley de caza regional no establece la prohibición de cazar en las sendas y vías pecuarias, la nacional sí refiere que no se puede disparar a menos de ocho metros de esos caminos, y siempre se debe hacer de espaldas a los mismos. Otras regiones, como Valencia, establecen un perímetro de seguridad de 25 metros. En Andalucía, se puede disparar desde el límite de los caminos. Los cazadores de la región indican que son muy respetuosos y que hay pocas posibilidades de que coincidan con senderistas. "Puede ocurrir en algún Pico, pero no en la senda del Oso, al menos en la parte de Quirós", indica Javier Prieto, de la quirosana Sociedad El Aramo. "Salimos a cazar con guardas, que llevan a rajatabla las medidas de seguridad", añade.
Los senderistas, sin embargo, refieren choques con los cazadores. Es el caso de Juancho Aspra, de Trekkapp. "Los cazadores son por lo general muy respetuosos con los senderistas, pero los hay que se ponen chulos, y que si te encuentran por determinadas rutas te sueltan que tienen más derecho a estar en el monte, porque han pagado por la cacería", indica. Aspra se ha encontrado cazadores con el arma cargada sobre todo en la Sierra del Sueve, en el mismo camino de subida al Pico Pienzu. "Algunos me han llegado a decir que pase en silencio para no espantar la caza, o que tenga cuidado al ir por determinada zona porque están cazando. Los hay que no respetan nada", indica.