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La guía secreta de Asturias

Laberinto de pegollos

Sietes, en Villaviciosa, cuenta con uno de los conjuntos más importantes de hórreos y paneras de Asturias, algunos de ellos de gran antigüedad

Hórreos y paneras en el núcleo principal del pueblo de Sietes, en Villaviciosa.

Los viajeros que aman la etnografía y la cultura popular tienen en Asturias numerosos rincones por los que perderse y disfrutar de ello y, aún más, cuando algún vecino o vecina de la zona se lo muestra. En el concejo de Villaviciosa, y más concretamente en el pueblo de Sietes, elegido en su día por Microsoft para realizar su anunció mundial con el lanzamiento de Windows 7, se encuentra uno de los conjuntos de hórreos y paneras más relevantes no sólo de las tierras maliayesas, sino también del Principado.

Las mismas fuentes del Ayuntamiento maliayés cifran en 31 construcciones entre hórreos y paneras las que aquí hay y que se levantaron entre los siglos XVI y XX. Sietes es uno de los núcleos rurales con mayor número de estas construcciones en Asturias. Sin embargo, y no es menos cierto, el impacto de entrar a este pueblo y en su plaza, literalmente ocupada por una impresionante serie de hórreos y paneras, produce a su vez una sensación agridulce cuando, caminando por el lugar, se encuentran algunas de ellas en mal estado, algunas literalmente en el suelo a lo largo del pueblo. Otras han sido restauradas en buena parte y permanecen fieles al estilo que les dio origen como mudos testigos de un lugar donde existió gran actividad agraria.

De igual modo y, a ambos lados en esta plaza, algunas casas han sido rehabilitadas o construidas nuevas, mientras que otras, deshabitadas hace años, continúan sufriendo, año tras año, el triste deterioro que produce el paso del tiempo y de un injusto olvido. Con todo ello, Sietes es un pueblo impresionante desde donde, además, hay también vistas de igual calibre. Especialmente con tiempo claro y sin niebla, pues desde allí se ven parte de los Picos de Europa.

Además de la parte central del pueblo, donde hay una mayor concentración, también hay otros caminos, como el que conduce al barrio del Campón, al que se accede por la carreterina que pasa justo bajo un precioso hórreo adornado en sus laterales por hortensias. Entre las joyas del lugar, que hay varias, allí está un hórreo de "estilo Villaviciosa", con motivos geométricos y un arco sobre la puerta de acceso, con inspiración románica. A destacar igualmente su iglesia, de grandes dimensiones y de estilo renacentista dedicada a San Emeterio (Santumedé). Como joyas etnográficas se pueden ver también, bajo algunos hórreos de la plaza central, viejos carros del país cuyas ruedas hace muchos años que no "rinchan" por el desuso.

Todo ello en un impresionante museo etnográfico a tamaño natural que bien merece ser conservado no sólo para sus dueños, sino además por representar también, y en cierta forma, el patrimonio sentimental de todos los asturianos. Para los que aman la cultura popular y la tradición, Sietes es un auténtico lujo para el alma.

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