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Radiografía del sector lácteo asturiano

Las disfunciones de una actividad muy polarizada, con un bajo aprovechamiento de la superficie agraria y un elevado envejecimiento

Radiografía del sector lácteo asturiano

En 1995 había en Asturias 18.071 explotaciones que entregaban leche a la industria láctea, según datos de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales. Casi una década después, en 2014, solo permanecían en el sector 2.675, lo que supone la desaparición en ese periodo de 15.396 explotaciones. Para ser más gráficos, se perdieron en ese plazo 810 explotaciones al año; 2,2 cada día.

Si se analizan las declaraciones obligatorias de entregas a efectuar por primeros compradores de leche que aparecen en los informes del Fondo Español de Garantía Agrícola (FEOGA), a fecha de hoy el número de explotaciones con entrega de leche a la industria láctea no alcanza la cifra de dos mil. En la actualidad, Asturias sigue perdiendo explotaciones, aunque a un ritmo mucho más atenuado. Aún así, a lo largo de 2016 desaparicieron unas 150 explotaciones, casi una cada dos días.

Desde 1995, la leche entregada por los ganaderos asturianos a las industrias lácteas alcanzó su nivel de mayor producción en 2002, con 667,1 millones de litros. A partir de ese año se produjo una sistemática y acumulativa disminución de las entregas, que en el peor año, 2013, menguó hasta 507,6 millones de litros. Esta disminución significó la pérdida de 159.534.327 litros entre 2002 y 2013, una reducción del 23,9 por ciento. Existe una evidente relación entre la disminución del volumen de leche entregado a las industrias lácteas y la pérdida de empleo en el sector. Si estimamos que por cada 180.000 litros de leche se crea un empleo directo, ente 2002 y 2013 se habrían perdido 886 puestos de trabajo. Si se estima que por cada empleo directo se generan 2,6 indirectos, la pérdida total de puestos de trabajo en ese periodo de tiempo en el sector en Asturias se alzaría hasta la cifra de 3.189.

El sector lácteo evolucionó en la región en un escenario de fuerte disminución del número de explotaciones pero manteniendo los niveles de producción hasta 2002. La fuerte pérdida del número de explotaciones y la evolución de los volúmenes de leche entregada solo se explica por un incremento de la media de leche producida por explotación, ya que se pasó de un volumen medio de entregas anuales en 1995 de 32.894 litros a 253.832 litros por año en la campaña 2015-16, media muy similar a la de algunos de los principales países productores de la Unión Europea.

Si se analiza la evolución de la media de entregas de leche a la industria podría pensarse que el proceso de reestructuración del sector fue un éxito, pero la realidad es bien distinta, ya que las explotaciones asturianas de leche muestran una gran asimetría en cuanto a su capacidad de producción. Las explotaciones de más de 500.000 litros, el 12,5 por ciento del total, produce el 42,9 por ciento de la leche entregada a las industrias lácteas. Las 66,76 por ciento restantes, que producen anualmente menos de 250.000 litros, solo suman el 28,8 por ciento del total de las entregas.

Por otra parte, la desaparición de las explotaciones de leche en Asturias tuvo muy diferente incidencia a nivel municipal. Se produjo un abandono casi total en muchos municipios y se produjo una concentración de la producción en unos pocos, situados en su mayoría en la franja occidental.

En la actualidad, en 16 municipios se produce el 91,2 por ciento del total de leche entregada a las industrias lácteas, siendo Tineo (19,2 por ciento), Valdés (11,6), Gozón (7,4), Tapia de Casariego (5,6), Navia (5,5), Castropol (5,4) y Salas (5,0), los siete concejos con mayor volumen. Juntos suman el 59,7 por ciento de toda la leche que se produce en Asturias. Los 38 municipios que menos producen -juntos solo suman el 8,2 por ciento de las entregas -apenas superan conjuntamente a Gozón-. En otros 24 concejos ya no hay explotaciones con entregas de leche a las industrias lácteas.

Respecto a la descripción de la superficie agraria que las explotaciones lecheras asturianas utilizan, también ha sido habitual la realización de análisis basados en meras suposiciones o extrapolaciones de una realidad imaginada. A efectos de la solicitud unificada de la PAC, los 2.136 ganaderos con entregas en la campaña 2015-16 declararon 54.600,8 hectáreas admisibles, frente a las más de 240.000 hectáreas declaradas por la totalidad de los ganaderos asturianos. Del total de la superficie declarada, el 53,5 por ciento es tierra arable, mientras corresponde a pastizales el 32,85 por ciento, las superficies de mayor y mejor capacidad de producción de forrajes. El resto de la superficie, el 13, por ciento, en su mayoría son pastos arbustivos y arbolados.

De la tierra arable (TA) solo declaran las explotaciones de leche el 23,6 por ciento del total de la superficie de ese uso que existe en Asturias, para los pastizales (PS) el 15,2 por ciento, y para los otros usos los porcentajes son muy inferiores: el 1,28 por ciento para los Pastos Arbustivos (PR), el 2,52 por ciento para los Pastos Arbolados (PA), y el 3,7 por ciento para las otras, Superficies Agrarias.

Pero los porcentajes a nivel municipal son muy distintos de las medias obtenidas a nivel de la totalidad de las superficies de Asturias. En lo relativo a la tierra arable y los pastizales, los municipios que ocupan los primeros puestos en el ranking de producción de leche, sus explotaciones lecheras declaran usar en torno al 70% de la superficie dispone para esos usos en esos municipios, una muestra más que evidente de la dificultad que encuentran los ganaderos de esos municipios, para poder acceder a nueva superficie que les permita incrementar su base territorial. En sentido contrario, hay municipios en Asturias en los que ninguna de sus hectáreas de tierra arable o de pastizales, se utiliza para la producción de leche, en contra de lo que ocurría al final del siglo pasado

Para determinar el nivel de intensificación el uso de la superficie agraria de las explotaciones, calculamos los litros de leche producidos por hectárea declarada, agrupando las explotaciones según los volúmenes de entrega establecidos. La media de Asturias, si aceptamos que toda la superficie declarada a efectos de la solicitud unificada 2015 fuese realmente utilizada, es de 9.930,1 litros por hectárea, cifra que no se aleja en gran medida de los estándares establecidos como óptimos. Teniendo en cuenta que la superficie arable declarada, es susceptible de poder originar dos cultivos anuales (raigrás en invierno y maíz en verano).

Pero es muy impactante la diferencia abismal existente entre las explotaciones con mayores volúmenes de entregas, y las que menos volumen tienen. Por una parte, las explotaciones con más de un millón de litros tienen una media de 22.933,61 litros por hectárea, y aunque la superficie predominante sea la tierra arable y sea capaz de generar importantes cantidades de materia verde por hectárea, es evidente, que estas explotaciones tienen un fuerte déficit forrajero y en algunos casos seguramente originaran problemas medio ambientales. Por otra parte, en el extremo contrario, las explotaciones con menor volumen de producción, menos de 100.000 litros, tienen una media de 3.447,96 litros por hectárea, lo que puede dejar entrever una subutilización de la superficie en estas explotaciones.

La solución al problema de la utilización de la superficie en Asturias, tanto de la sobreutilización como de la subutilización, no es sencilla, se requiere, en primer lugar, del conocimiento de la realidad, y en segundo lugar de la puesta en marcha de un conjunto de políticas sectoriales que permitan una nueva redefinición de las zonas de producción, para lo que se hace preciso abordar y tomar decisiones sobre temas tan complejos como, la edad de los titulares de la explotaciones, la propiedad de la tierra, las políticas de apoyo a la incorporación de jóvenes, las tendentes a la reestructuración de las estructuras productivas...

El análisis del envejecimiento de la población activa agraria en el sector lácteo es otro asunto recurrente que en ocasiones se basa en datos de escasa fiabilidad. De las 2.136 explotaciones con entregas de leche a la industria láctea en 2015-16, el 73 por ciento (1.562) estaba en manos de personas físicas, que entregaron 255.442.259 litros, el 47,2 por ciento del total regional. Las otras 574 explotaciones (el 27 por ciento), en manos de personas jurídicas, entregan el 52,8 por ciento de la leche que recoge la industria láctea en Asturias. De los 1.348 titulares de explotaciones considerados personas físicas de los que existen datos ciertos, su media de edad es de 53,5 años. Son mayores de 50 años el 65,3 por ciento del total, siendo sus entregas de leche a la industria láctea el 60,1 por ciento. Solo el 9,4 por ciento de los titulares tiene menos de 40 años y sus entregas representan el 11,6 por ciento del total. En una década, el 65 por ciento de los titulares personas físicas de las explotaciones ganaderas de leche en Asturias habrá llegado a la edad de jubilación. De no existir el relevo generacional para estas explotaciones, en diez años la producción láctea asturiana se reduciría en un 28 por ciento.

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