La intervención de la UCO de la Guardia Civil en la céntrica sede de la UGT de Oviedo ha despertado una notable expectación ciudadana. Dos vehículos todoterreno del Instituto Armado han estacionado durante toda la mañana ante el edificio de la plaza del General Ordóñez, cuyas puertas están vigiladas en todo momento por entre siete y ocho guardias con chalecos antibalas.

La escena no pasó desapercibida para los transeúntes, que preguntaron a los numerosos integrantes de los medios de comunicación allí congregados por las causas de tal despliegue. La intervención también centró las conversaciones en los bares y cafeterías de los alrededores de la blindada sindical, en cuyas inmediaciones están las sedes de la Federación Socialista Asturiana (FSA), de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y de Comisiones Obreras (CC OO).

El único incidente de la mañana fue protagonizado, a última hora, por un jubilado que criticó a voces la gestión del sindicato, pidiendo cárcel para sus máximos dirigentes y relacionando este asunto con el caso de José Ángel Fernández Villa. “Coméis mariscu con el dinero de los cursos de los rapazos”, gritó el indignado poco antes de abandonar el lugar.

Los empleados y cargos de la UGT de Asturias que entraron y salieron del edificio durante la mañana no hicieron valoraciones sobre el registro ni las detenciones practicadas por la UCO.