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Alerta por frío y nieve | Los termómetros se desploman

El corazón gélido de Asturias

Los vecinos del puerto de Leitariegos llenan sus carboneras para afrontar las temperaturas más duras de los últimos años

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Ola de frío en el puerto de Leitariegos

El puerto de Leitariegos, la localidad que sirve de pasillo de entrada a la estación invernal, anocheció ayer con paisaje de calendario. Cielo limpio, niebla en el valle y nieve que cubre sin atosigar. A las siete de la tarde los termómetros marcaban unos moderados dos grados bajo cero pero la sensación térmica es gélida y los paisanos, la voz de la experiencia, avisan: esta noche va a caer una muy gorda, Y mañana más.

El "mañana" de los paisanos es hoy, el día en que por fin se abrirán algunas pistas de la estación invernal. En sus instalaciones deportivas había ayer por la tarde vidilla a la espera de que los telesillas comiencen a funcionar. La temporada llega tarde pero al fin los paisajes son blancos (sin excesos). El frío arrecia. En Leitariegos se registran por sistema las temperaturas más bajas de Asturias -para muestra, el mercurio que a las nueve de la noche de ayer marcaba ya seis bajo cero-, pero el invierno ha sido especialmente benigno hasta la fecha.

En La Chabola, pueblo de carretera a unos 10 kilómetros del Puerto, alguien comenta que en zonas húmedas del valle ya se ve el amarillo de las "flores de San Juan", que son de marzo. La Naturaleza anda despistada, pero esa flora primaveral a destiempo acabará muy probablemente chamuscada en estas 72 próximas horas que se avecinan, por culpa de las que pueden ser las temperaturas más duras y bajas de los últimos años en la zona.

El motivo se concreta en esa invasión de frío siberiano que amenaza a toda la península y que en la cordillera asturiana va a suponer temperaturas por debajo de los cinco grados negativos. ¿Hasta dónde el bajón térmico? En los corrillos de la estación de esquí se aventura que "llegaremos a los diez bajo cero".

Jesús Matías, presidente de la parroquia rural de Leitariegos, apunta a una hora para activar los termómetros y quizá sorprenderse: "Hacia las ocho de la mañana es cuando el frío va a notarse más". Durante la noche la temperatura rondará entre los dos y los cuatro grados bajo cero. A Rai, el perro mastín de Matías, el primer gran episodio invernal del año le da igual. Anoche se daba un baño de nieve nocturno junto a la iglesia de El Puerto, la de San Juan.

La apertura de la temporada de esquí reactiva esta tierra un tanto dormida, de belleza abrumadora y gente cálida. Dicen que en la vertiente leonesa la estación de Leitariegos no para de recibir clientela gallega, y que Asturias no saca todo el rendimiento que debiera. Que hace falta un empujón. A unos 34 kilómetros de Cangas del Narcea, la potencialidad sigue siendo mucho mayor que los réditos.

El frío es crudo, y más que lo va a ser, pero nadie le tiene miedo en este entorno osero acostumbrado a una climatología de montaña. Es cuestión de tirar de carbón, como a última hora de la tarde hacía Jesús Matías para caldear su vivienda con vistas a una noche que se presumía larga. "La carbonera con su caldera es la habitación más importante de la casa", asegura este vecino.

Frente a los pronósticos meteorológicos Leitariegos espera en un aparente letargo. El invierno parece parar el reloj y el paisaje, un receso vital sabio y prudente, estrategia defensiva contra los embates de termómetro. La particular guerra de Leitariegos con la ola de frío que nos llega del Este comenzó ayer y discurrirá hasta el fin de semana. A abrigarse toca.

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