Alfonso Calviño Castañón (Bárzana de Quirós, 1940), director de LA NUEVA ESPAÑA entre los años 1975 y 1977, falleció anteayer en Madrid, a los 76 años de edad. La familia lo despidió en el parque cementerio de La Paz, en Tres Cantos, donde estuvo instalada su capilla ardiente.

Alfonso Calviño tenía una hija, Silvia, y tres hermanos, Carlos, Carmen y José Antonio, y allí, acompañados también por su nieto Arturo, su yerno Frank y sus sobrinos, celebraron un sentido responso tras proceder a la incineración del cuerpo.

Calviño falleció a consecuencia de una larga enfermedad que le mantuvo ingresado en el hospital desde el pasado 4 de junio. La insuficiencia respiratoria que padecía se vio agravada las últimas semanas con una embolia que derivó finalmente en el fatal resultado. A pesar de que se esperaba el desenlace de la enfermedad "éste nunca llega en buen momento", señaló su hermano Carlos en el tanatorio madrileño.

Hijo de gallego, su padre trabajó en un banco en Oviedo, y de asturiana de Bárzana de Quirós, Alfonso Calviño desarrolló su labor periodistas entre Asturias, México y Madrid.

Hizo prácticas en LA NUEVA ESPAÑA con 16 años, donde coincidió con José Luis Balbín, con el que mantuvo una gran amistad, y se desplazó a Madrid a hacer la carrera de Periodismo. Concluido el periodo académico se fue a México para trabajar como corresponsal de periódicos españoles hasta que volvió a Asturias para dirigir LA NUEVA ESPAÑA, nombramiento que se hizo público el 26 de agosto de 1975, convirtiéndose en el director de periódico más joven de aquellos años. Estuvo dos años al frente del periódico. En febrero de 1978 fundó "El Noroeste" en Gijón, cuyo lema fue "La verdad y nada más que la verdad".

Tras esta última aventura periodística en Asturias, retornó a México acompañado de su esposa, la también periodista Helga Günther, que ya había trabajado con su marido en "El Noroeste". De vuelta a Madrid, Calviño colaboró en varios medios de comunicación de prensa y televisión, incluido el programa "La Clave" de Balbín, espacio muy celebrado durante la Transición española y que destacaba, entre otros, por la calidad de sus debates políticos.

Alfonso Calviño fue además colaborador cercano de Francisco Álvarez-Cascos, con el que trabajó como jefe de prensa en la Vicepresidencia durante los gobiernos de José María Aznar. Fue entonces, en 2000, cuando falleció su esposa, Helga. En aquellos años fueron frecuentes los viajes de Calviño de Madrid a Asturias para visitar a su madre, hasta que ésta falleció en Oviedo en enero de 2007. Desde entonces, sus viajes al Principado se fueron espaciando hasta dejar de hacerlos.

Los profesionales que coincidieron con Calviño en los tiempos en que desarrolló la profesión en Asturias destacan su capacidad de trabajo y bonhomía. José Manuel Ponte, actual columnista de LA NUEVA ESPAÑA, conoció a Calviño en el diario "Voluntad" de Gijón, donde le habían destinado en 1974. "Calviño había sido subdirector de 'Pueblo' y cuando Emilio Romero, director del diario madrileño, tomó posesión como delegado de Prensa del Movimiento, dijo que había que fusionar el diario gijonés 'Voluntad' con LA NUEVA ESPAÑA y con Calviño de director". Y añade: "Con Alfonso Calviño lo pasé muy bien. Se abrió el periódico a sectores de izquierdas, dimos, por ejemplo, que Felipe González (entonces 'Isidoro') se haría cargo de la defensa de un conflicto de los astilleros de Gijón. Hubo un tiempo que 'Voluntad' salía como encarte con su cabecera, pero duró poco. Calviño renunció a petición propia y se embarcó en la aventura de 'El Noroeste' de Gijón". Ponte ensalza su calidad humana, además de ser "muy conciliador". "Yo publiqué lo que me dio lo gana. Era un hombre que dejaba hacer y que daba la cara por uno. Destacaría además su extraordinaria bondad personal".

El periodista Juan de Lillo recuerda que lo conoció en los tiempos en los que hacía prácticas en este periódico, con José Luis Balbín y Nacho Artime, entre otros. "Entonces estaba en la escuela de Periodismo", evoca Lillo, que apunta que en aquella época dirigía el periódico Francisco Arias de Velasco y era redactor jefe Juan Ramón Pérez Las Clotas. "Nosotros estábamos empezando", matiza Lillo. "Tras esta primera etapa de rodaje estuvo en 'Pueblo' hasta que regresó a Asturias", añade. Lillo explica que, al margen de su capacidad profesional, era "muy buena persona". Y Nacho Artime, que luego derivó su profesión al mundo de la escena, recuerda con cariño esa época de becarios: "Era la escuela de Pérez Las Clotas. Yo nada más ver el periódico, me dije: 'Quiero esto'".

Luis José Ávila recuerda a Calviño como un periodista muy organizado que "primero fue un colaborador muy directo de Rodrigo Royo, periodista que fundó la revista 'SP' en Madrid. Calviño fue su ayudante y redactor jefe", precisa este veterano periodista asturiano. Aunque no coincidió trabajando con él, Ávila, que fue director de la "Hoja del Lunes" y "La Voz de Asturias", describe a Calviño Castañón como "un hombre de redacción, de talleres, de estar al pie del periódico. Fue muy buena persona; el perfecto redactor jefe", apuntó.

Por su parte, el periodista asturiano Florentino Alonso Piñón, que fue jefe de Gabinete de Francisco Álvarez-Cascos en Moncloa y después consejero en Asturias, trabajó con Alfonso Calviño entre 1996 y el año 2000: "Era un gran trabajador, infatigable. Lo que hacía lo hacía todo bien. Hice una gran amistad con él que duraba hasta ahora", aseguró.