La baja cifra de aprobados no se debe a que el nivel de los opositores fuera deficiente, sino a que el limitado número de plazas hacía aconsejable restringir el volumen de candidatos que debían pasar a la fase de concurso. Así explicaron ayer fuentes del tribunal calificador lo sucedido en el concurso-oposición del Principado para médicos de familia. De los 833 facultativos que se presentaron al examen sólo fueron aprobados 260. "Revisamos lo que suele hacerse en otras comunidades autónomas y estimamos que lo más razonable era establecer el punto de corte de modo que aprobaran tres opositores por cada plaza", señalaron las citadas fuentes. En el procedimiento selectivo están en disputa un total de 96 plazas, de ellas 10 de promoción interna y 11 para personas con discapacidad. Inicialmente se habían inscrito en la oposición 1.071 candidatos, de los cuales más de 450 provenían de fuera de Asturias.

El examen, de 100 preguntas tipo test que debían ser contestadas en 120 minutos, se celebró el pasado 17 de diciembre. La relación de aprobados y las calificaciones fueron difundidas anteayer, al igual que las correspondientes a las especialidades de anestesia y radiodiagnóstico. Llamaba la atención la dispar proporción de aprobados entre unas y otras. En medicina de familia, de los 833 opositores aprobaron 260. En rayos se habían apuntado 67 especialistas, se presentaron a la prueba 53, y todos ellos la superaron. En anestesiología había 124 inscritos, cumplimentaron el ejercicio 91 y lo aprobaron 89. Las plazas ofertadas por el Principado son: 96 de familia, 28 de anestesiología y 19 de radiodiagnóstico. Es decir, el desnivel entre candidatos y plazas era muy superior en medicina de familia.

Examen clínico y fácil

"Hemos seguido todos los pasos de la oposición con mucho rigor. De hecho, recibimos felicitaciones de candidatos de diversas zonas de España por la calidad del examen", señalaron fuentes del tribunal, cuyos integrantes trabajaron con un banco inicial de unas 10.000 preguntas. "Descartamos muchas y optamos por un examen en el que predominaran los contenidos clínicos". Ante notario se eligió por sorteo uno de los diez exámenes que había diseñado el tribunal. La composición exacta de los cuestionarios no era conocida previamente por ningún integrante de la comisión calificadora.

"El examen no fue difícil, según nos dijo gente de otras comunidades autónomas que ya había hecho ejercicios similares", indicaron las fuentes señaladas. De hecho, "los resultados fueron buenos, con una buena parte de los opositores situados en la horquilla que va de los 45 a los 65 puntos". Sin embargo, la comisión calificadora quería darle operatividad al proceso selectivo, y eso exigía "no dejar para la fase de concurso un volumen desmesurado de opositores". Por eso "ya antes de la realización del ejercicio se advirtió a los candidatos que pasarían aproximadamente tres por plaza".

Lo que el tribunal quiere dejar claro es que este filtrado, que cortó el paso a más de dos tercios de los aspirantes, "no pone en tela de juicio una realidad incuestionable: que el nivel de los médicos de atención primaria de Asturias es muy notable".