Los asturianos que desempeñan su oficio al aire libre sufren especialmente las olas de frío que periódicamente afectan a la región. La que entró ayer en el Principado procedente de Siberia se dejó notar desde primera hora de la mañana, con un severo desplome de los termómetros, pero no afectó a la labor habitual de los trabajadores consultados por LA NUEVA ESPAÑA. A mal tiempo, ropa de abrigo y bebidas calientes para templar el cuerpo.

En la plaza ovetense del Fontán, Ángel Borja abrió su puesto al aire libre de venta de ropa a las ocho y media de la mañana y reconocía que a esa hora el frío era "muy intenso" en la ciudad. "Más que nunca desde que empezó el invierno". Su secreto para aguantar, un buen abrigo y "venir forrado de ropa por dentro del pantalón y del jersey", así como algún cafetín que otro. Cerca de Borja, Hermes Herrera lamentaba que los avisos de frío intenso "han asustado a la gente, porque hoy hay muy poca clientela". Al igual que su compañero, Herrera aguantó la gélida temperatura de la mañana "bien abrigado".

Emilio González es jardinero del Ayuntamiento de Oviedo y ayer trabajó durante toda la mañana en el Campo San Francisco de la capital. "Yo me adapto bastante bien al frío, así que sin problemas", reconocía a media mañana, aunque sin esconder que "hoy llevo más ropa encima que otros días".

Pablo Rebordinos lleva quince años trabajando a pie de calle, en la esquina de la calle La Cámara con la plaza de España de Avilés. Allí reparte suerte en forma de cupones de la ONCE y tiene experiencia sobrada en días gélidos. De hecho, ayer no consideró necesario usar guantes ni gorro. "No tengo frío en la cabeza", afirmó. Y añadió que, más que frío, notaba el día fresco, pese a los pocos grados que marcaban los termómetros. Según Rebordinos, en estos últimos inviernos la baja temperatura no le afecta como antes. "Lo tengo pasado muy mal de la que empecé", afirma. La ONCE le provee de ropa de abrigo, pero él prefiere comprar la suya porque sabe exactamente lo que necesita. "A veces voy a tomar un café? El resto del tiempo, desde que abro hasta que cierro, aquí estoy", indica.

El artista César Frey, más conocido como "El séptimo crío", está más que acostumbrado a trabajar a la intemperie, debido a que su principal labor es crear grafittis en exteriores. Actualmente está restaurando, por encargo del Ayuntamiento de Mieres, uno de los murales que pintó hace dos años en la cabecera del Caudal. Se trata de un retrato del rapero Tupac Shakur. Este trabajo le llevará unas dos semanas, justo en una de las épocas más frías. "Nunca he pasado tanto frío como ahora, pero es que estoy en una calle que tiene un continuo de aire que al principio aguantas, pero cuando llevas unas horas te acaba abrasando", explica. Para combatir estas bajas temperaturas, Frey va bien equipado: "Llevo tres camisetas térmicas, dos chaquetas, dos pantalones, dos pares de calcetines térmicos y unas botas, además de cubrirme la cabeza y las manos, pero teniendo en cuenta la que nos espera, ya estoy pensando en sumar una camiseta térmica más".

El frío también está afectando a su ritmo de trabajo en esta restauración. "No puedo emplear todas las horas que me gustaría; vengo más tarde, y me tengo que parar de vez en cuando para calentarme, porque si no es imposible", destaca. Aún así, asegura echar unas ocho horas diarias en el mural. Trabajar de este modo también le afecta a la salud: "Hay días que me dan mareos de frío".