El cuerpo del empresario de origen lenense Roberto Fernández Montes, Rober, de 64 años, afincado desde la niñez en Argentina, fue encontrado el domingo, en una cuneta, completamente carbonizado y partido a la mitad, en las afueras de Buenos Aires. También su vehículo se encontró quemado, aunque en otro punto. No fue hasta ayer martes que sus familiares lograron identificarle por un colgante que llevaba al cuello. Su muerte fue realmente atroz. Han sido detenidos como autores del crimen su yerno, César Ricardo Arce López, de 43 años, y un exempleado, Santiago Corona, de 34. Los dos fueron vistos el pasado sábado, día en la que el empresario desapareció, arrastrando lo que parece un cuerpo ensangrentado tapado por una manta. El motivo del crimen, robarle 20.000 pesos que tenía escondidos en el motor del jacuzzi del apartamento del empresario, situado en el barrio boanerense de Caballito, pero también evitar que Fernández denunciase a su yerno por una estafa de un millón de pesos, el equivalente a 63.000 euros, un delito que le había dejado al borde de la ruina.

Fernández salió con dos años de Vega del Ciego, en Lena, junto a sus padres y sus dos hermanas mayores, que hicieron su vida en Argentina. El padre ya no regresó más Asturias, pero no así su hijo, que se confesaba "un enamorado del paisaje, de la gastronomía y de su familia asturiana". Lo dice uno de sus sobrinos, el oventense Fran Salan, que esta mañana se mostraba realmente entristecido por el salvaje final de "un hombre muy cercano y sencillo". La noticia la han acogido "con mucho estupor". "No nos lo creemos, lo queríamos mucho. En los últimos años venía más, cada tres años, y se quedaba quince o veinte días. En una de las ocasiones con su pareja, María del Carmen. Se quedaba en nuestras casas de Oviedo o Gijón, le gustaba mucho la playa. Su madre falleció no hace un año, a punto de cumplir 104 años", indica Fran Salan. "No les fue mal en Argentina. Echaron raíces allí, pero siempre con la vista puesta en Asturias", asegura.

Fernández Montes tenía una empresa de maquinaria de movimientos de tierras, "Mini -Vial". Viudo, era padre de dos hijas, una de las cuales se casó con César Ricardo Arce, con el que tiene dos hijos y uno y dos años. Esta circunstancia fue lo que evitó que Fernández denunciase, a pesar de que el detenido por el crimen sometía a malos tratos a la hija. "A ese individuo lo metió en los negocios como encargado. Lo puso a vivir, porque no tenía oficio ni beneficio. Contrajo créditos sin saberlo Roberto y le iba a denunciar", aseguró Fran Salan, que ha llegado a estar en casa del empresario en Buenos Aires.