En Oviedo hubo ayer conjura cultural para que Asturias active su inclusión en la Vía Carlomagno, movimiento internacional en torno al que se considera "Padre de Europa", el emperador que en el siglo VIII atesoró un inmenso imperio desde los países bálticos hasta España, el germen de la Europa unida. La Vía Carlomagno, nacida en 2014 coincidiendo con el 1.200 aniversario de la muerte del rey, aspira a convertirse en itinerario cultural europeo y reúne a un buen número de ciudades que tuvieron que ver con aquel renacimiento carolingio, a la sombra de Roma y de la mano y espada de un personaje gigantesco.

"Carlomagno: el sueño de una Europa unida. Una visión desde Asturias" fue el título de la jornada celebrada ayer en el RIDEA y que contó con la presencia, entre otros, del presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, Eugenio Nasarre. La fecha coincidió con el 1.203 aniversario del fallecimiento de Carlomagno, un 28 de enero en Aquisgrán, convertida entonces en capital del continente.

La Vía Carlomagno fue definida por Nasarre como "una red de ciudades hermanadas" que conforman un mapa de distintos itinerarios culturales. En España hay ciudades de Cataluña, de Navarra y Aragón. ¿Puede sumarse Asturias? Los organizadores creen que sí, y se apoyan en justificaciones históricas, como es la relación estrecha entre la corte del rey asturiano Alfonso II y la corte carolingia, pero también relacionadas con el mito compartido, siglos después, entre Carlomagno y el Camino de Santiago.

En el mito de Compostela y la tumba del apóstol tiene mucho que ver Alfonso II, al que las crónicas aluden como "príncipe de Oviedo". Alfonso, gran estratega, entendió al vuelo la importancia del pretendido descubrimiento de los restos del santo. "Quien domina el lugar de las reliquias, domina el entorno", afirmó ayer en su ponencia el profesor de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Oviedo, Miguel Calleja, quien añadió que "no hay datos que confirmen la presencia de Carlomagno en el noroeste español, pero sí documentos que prueban los estrechos lazos políticos", entre ellos los de las embajadas astures a las capitales del reino carolingio.

Arrimarse al calor de Aquisgrán era una buena táctica para un reino que, en palabras de Calleja, "era una sede regia muy pequeñita, con un princeps lleno de rivales políticos y con los musulmanes que no perdían la esperanza de recuperar los territorios".

Eugenio Nasarre hizo hincapié en "la visión europeista de Alfonso II, capaz de proyectar los incipientes reinos de Asturias en el mundo europeo" y señaló que la historiografía de Europa infravaloró los papeles jugados por Italia y España, "campos de batalla del conflicto religioso y áreas de intercambio cultural y por tanto de enriquecimiento europeo".

Uno de los organizadores de la jornada, el eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández, opina que "Carlomagno plantó la semilla del legado cultural que Europa puede reivindicar hoy, un personaje que permite reconocernos". Y un emperador que tiene "una lectura contemporánea", señaló Miguel Calleja.

La jornada fue inaugurada por el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, y clausurada por el viceconcesejro de Cultura, Vicente Domínguez.