Francisco San José y María Gómez se casaron el pasado mes de junio. Fue un enlace atípico. Después de 13 años de convivencia, y rozando los 60, él sólo consiguió convencerla si la boda se celebraba en la cima del mítico Picu Urriellu. Y así fue.
Él era divorciado y ella viuda. Él se quería casar y ella no. Él alegaba razones sentimentales y legales, ella no veía necesidad de cambiar la situación porque firmar unos papeles no les iba a reportar más o menos felicidad.
"Yo quería que nos casáramos por una cuestión sentimental, por formalizar la relación que teníamos", cuenta él, "tenemos una cultura, unas tradiciones, y no sé, quería dar forma legal a esta pareja", prosigue Francisco.
Pero también influyeron razones legales. "Si ya quería formalizar la relación, hubo otra razón por la que decidí que nos teníamos que casar. Vi en televisión una entrevista a la primera pareja de homosexuales que se casó en España y explicaron que una vez uno de ellos tuvo que ingresar en urgencias y a su compañero no lo dejaban entrar a acompañarle. Legalmente era como si fuera un amigo, nada más. Y llegué a la conclusión de que en la sociedad en la que vivimos, por cuestiones legales, es mucho mejor estar casado".
En este sentido, Francisco San José asegura que, "aunque una pareja decida casarse por una cuestión sentimental, las legales también se piensan cuando ya tienes una edad y has acumulado experiencia. Y una de las cosas que aprendes es que las cosas hay que tenerlas arregladas y bien hechas para que en caso de fallecimiento la otra persona no se quede en la calle, sin nada".
Asegura este recién casado que "muchas veces ocurre que hay herederos, se meten las familias y si se aplica la legislación; el que queda puede tener muchos problemas que haciendo las cosas en condiciones no tiene que sufrirlas".
Francisco San José y María Gómez residen en Santander, pero son dos montañeros enamorados de los Picos de Europa. De hecho, él ha publicado dos libros, y el último se titula "Cuentos y leyendas de los Picos de Europa", que salió al mercado poco antes de su enlace. "Toda la aventura de casarnos en la cima del Urriellu podría perfectamente ser otro capítulo de este libro", asegura este hombre polifacético que además es músico. Ahora, después de 13 años de convivencia, Francisco y María viven su particular luna de miel.
