Una gijonesa y otros cinco miembros de su familia y su abogada se enfrentan a una condena global de 38 años de cárcel por retener y ocultar durante más de año y medio a los hijos menores de ésta para no entregarlos a su padre, al que le había sido concedida la custodia de los niños tras el divorcio. El Ministerio Fiscal les acusa de un presunto delito de sustracción de menores. La vista oral se celebrará el miércoles en el Juzgado de lo Penal de Lugo.

Los acusados son la madre de los ahora jóvenes -nacieron en 1995 y 2000-, tres tíos de los niños y sus abuelos, porque supuestamente todos colaboraron para ocultarlos del padre entre septiembre de 2009 y mayo de 2011.

El fiscal pide para ellos penas que suman 38 años de cárcel: cinco para la madre, tres para la abogada y seis para cada uno de los tíos de los menores y sus abuelos.

Un juzgado de Gijón dictó la sentencia de divorcio en julio de 2007 y le otorgó la custodia de los niños a la madre, aunque con un régimen de visitas y estancias con el padre.

En septiembre de 2009, el padre presentó un escrito en los Juzgados de Gijón para que se requiriese a la mujer y entregara a los niños a su exmarido, por lo que la progenitora y su abogada fueron citadas para presentarse en sede judicial, pero ninguna de ellas compareció.

El Juzgado acordó entonces que ambos menores pasasen a "convivir con su padre" y suspendió "todo tipo de comunicación y estancia de los mismos con su madre". La mujer tampoco compareció en la vista sobre la modificación de las medidas acordadas en la sentencia de divorcio, que se celebró el 10 de junio de 2010, lo que provocó que se ratificase la resolución de que los niños pasasen a convivir con el padre.

La sentencia fue confirmada por la Audiencia Provincial de Asturias, pero según el ministerio fiscal, la madre, "con la finalidad de evitar el cumplimiento de dichas resoluciones" y "a sabiendas de su deber de entregar a los menores a su padre", se "ocultó" con ellos, "sin dar a conocer el paradero de los mismos" y no dando "señales de vida".

La madre y los niños fueron finalmente localizados por la Policía Judicial el 3 de mayo de 2011, en una vivienda de la localidad lucense de Ribadeo. Según el escrito provisional de la Fiscalía, los niños estuvieron "desde septiembre de 2009 a mayo de 2011", metidos "en un domicilio sin salir apenas de casa" y "saliendo únicamente por la noche", sin estar "escolarizados" y "sin control médico alguno".

Durante ese tiempo, según el fiscal, "los otros acusados le proporcionaban a la madre los alimentos y el dinero en metálico que necesitaba para permanecer oculta con los niños", además de ocuparse del alquiler del piso y otras "gestiones". Así, la mujer "no tenía que salir de casa, donde permanecía con los menores".

Para el fiscal, la madre "no presentaba" en el momento de los hechos "capacidad volitiva plena para tomar decisiones relacionadas con el bienestar de sus hijos", a causa de un "fenómeno de fabulación", pero también aclara que ello no "afectaba a su capacidad" para comprender "la ilicitud de sus actos".

El fiscal considera a la madre autora de dos delitos de sustracción de menores, cooperadores necesarios sus familiares y cómplice a la abogada que la representó.