La rehabilitación integral de la deteriorada línea de la antigua Feve por la Cornisa regresa a la agenda política nacional. Transcurridos 14 años desde que el Gobierno de Aznar, tras la tragedia medioambiental del "Prestige", lanzase el denominado Plan Galicia con el AVE del Cantábrico como propuesta estrella en materia de infraestructuras, el presidente de la Xunta, el popular Alberto Núñez Feijóo, planteará hoy al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, la necesidad de reconvertir el trazado de vía estrecha en un gran corredor de altas prestaciones para viajeros y mercancías. Un corredor que conecte los grandes puertos marítimos cantábricos y les brinde una salida ferroviaria a Europa de acuerdo con los parámetros comunitarios en cuestiones tales como la velocidad de los trenes, que podría incrementase hasta los 120 kilómetros por hora; el ancho de vía, que pasará a ser internacional (1.435 milímetros), o la longitud de los convoyes, de hasta 700 metros de longitud. La previsión es que el volumen de carga transportada crezca un 50% cuando la actuación esté lista.

El proyecto original presentado en 2003 para el tendido ferroviario por la Cornisa, con Francisco Álvarez-Cascos al frente de Fomento, consistía en una línea de Alta Velocidad de Ferrol a Bilbao que permitiría recorrer esos 450 kilómetros en una hora y 48 minutos. El Ministerio cifraba en aquel entonces en 5.376 millones de euros la inversión necesaria y llegó a licitar los estudios informativos divididos en tres tramos.

La llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa en 2004 dio al traste con un proyecto de AVE en el que los socialistas nunca habían creído. En diciembre de 2006, la entonces ministra Magdalena Álvarez ordenó la paralización de los estudios encargados por el Ejecutivo de Aznar y su sucesor en Fomento, José Blanco, enterró definitivamente el proyecto en 2010. "Es tirar el dinero", proclamó el gallego durante una visita a las obras de la autovía de La Espina (A-63).

Al AVE le sucedió el denominado "Mini-Ave del Cantábrico", la fallida alternativa de la Administración socialista de Zapatero para la mejora del tendido de Feve por la Cornisa. Consistía en una rehabilitación integral de la línea Ferrol-Santander, con el objetivo de que los trenes de ancho métrico alcanzasen velocidades de 160 kilómetros por hora. Para ello, sería necesario construir nuevos tramos, eliminar numerosas curvas y desdoblar todo el itinerario. Con el leonés Ángel Villalba en la presidencia de la ya extinta compañía, Feve llegó a adjudicar en 244.000 euros un estudio para analizar la viabilidad de tal iniciativa. Por cierto, en aquel entonces Villalba también estaba interesado en instalar un tercer hilo en el puerto de Pajares para que pudiera ser utilizado por los trenes de vía estrecha.

El "Mini-AVE", cuestionado desde que fue anunciado por numerosos técnicos, quedó pronto en vía muerta y la victoria electoral del PP de Mariano Rajoy, combinada con la crisis económica, llevaron a su definitivo abandono. Sin embargo, la ministra Ana Pastor recuperó en 2012 para su plan estatal de infraestructuras el plan de Alta Velocidad diseñado por Aznar, aunque sin que haya pasado de ser una raya en el mapa, sin plazos, presupuestos ni compromisos concretos.

Frente a un AVE al que achaca inconvenientes medioambientales y económicos, el Gobierno asturiano lanzó en 2015 una propuesta de corredor mixto de viajeros y mercancías, con ancho de vía internacional, que dote a los puertos cantábricos de una moderna salida ferroviaria a Europa y que, además, mejore el servicio de pasajeros, incluyendo el núcleo de cercanías de la región. En líneas generales, es la propuesta que hoy trasladará Feijóo al ministro De la Serna.