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SILVIA BARRERA | Inspectora de Policía, jefa de la sección técnica de la UIT, acaba de publicar "Claves de la investigación en redes sociales"

"Es absurdo prohibir el móvil a los niños, mejor que lo usen bajo supervisión paterna"

"Riesgos en las redes sociales los hay para todos, la gente no es consciente de los efectos de la exposición pública"

Silvia Barrera. FACEBOOK

Es una de las mayores expertas en criminalidad tecnológica del país. Durante años persiguió el tráfico de material pornográfico y también fue jefa del grupo de investigación en redes de la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT), integrada en la Comisaría General de Policía Judicial, y ahora es jefa de la sección técnica. La inspectora Silvia Barrera es una convencida de que no se pueden poner barreras a las nuevas tecnologías y que su uso debe hacerse "lo más natural posible". Discrepa respecto a quienes consideran que no debería comprarse un móvil a los niños hasta que cumplan 14 años. "Es absurdo, lo mejor es que lo usen bajo supervisión", cree. Con las redes sociales, cree, hay riesgos para todos, porque a veces no se es "consciente de los efectos de la exposición pública". Barrera acaba de publicar el volumen "Claves de la investigación en redes sociales" (Círculo Rojo, 2016), que abunda sobre el aspecto policial y legal de las redes.

-Algún pediatra aconseja no comprar móvil a los niños hasta cumplidos los 14 años.

-Si a un niño se le enseña a utilizarlo de forma adecuada, si se conecta a terminadas horas y lo hace bajo supervisión de los padres, no veo qué peligro puede tener. Si un niño de 12 o 13 años te lo pide, porque lo tienen todos sus compañeros y amigos, sería absurdo no dárselo. Se lo puede pedir a un colega y usarlo de todos modos, a escondidas, lo que resulta más peligroso. No pueden utilizar las redes sociales hasta los 14 años si no es con autorización paterna. Al final, creo que se está criminalizando estas redes, cuando su uso deberíamos hacerlo lo más natural posible.

-Pero hay riesgos evidentes.

-Riesgos los hay para todos. El problema es que no se sabe con quién se está hablando, y los menores se fían de todo lo que ven y les cuentan, con el riesgo de que los depredadores sexuales que pululan por las redes contacten con ellos. En los chicos muy jóvenes ahora está muy extendida la idea de que estar en las redes es lo que te da caché, y algunos las utilizan para humillar a su compañeros. Es un arma muy potente. Y en una época en la que están experimentando, no son conscientes de ciertas consecuencias.

-Hemos conocido últimamente muchos casos de acoso a chicos a través de las redes. ¿Cómo lo encaramos?

-Sobre todo, con educación. Los padres saben lo que tienen que contarles a los menores sobre cómo deben usar las redes. Y lo primero que tienen que hacer los padres es enterarse de lo que es este mundo para los adolescentes. Hay que hacerles ver a los chicos lo que hay en internet. Deben tratar de negociar el uso de los móviles y las aplicaciones, entrar con ellos en Youtube e ir explicándoles qué es lo que deben y no deben ver, decirles que tengan cuidado con las fotos que publican en sus redes, marcarles las horas a las que pueden conectarse y que no estén enganchados hasta la una de la madrugada, como ocurre algunas veces. Pero, en general, todo el mundo debe utilizarlas de forma consciente. La gente no se da cuenta de los efectos de la exposición pública en las redes. Es una información que ve de forma instantánea todo el mundo y que puede ser utilizada para que te hagan daño.

-¿Cuáles son los delitos más comunes en las redes?

-Los fraudes, como el "phishing" (o suplantación de la identidad para obtener información confidencial como contraseñas o números de cuenta), los sms maliciosos, el Malware o el Ransom Ware, que son programas malintencionados que infectan el ordenador y te cifran los datos. Los delincuentes piden entonces un rescate a pagar por medio de bitcoins o Paypal.

-Usted aconseja no pagar nunca.

-Más que nada porque de esa forma se perpetúa el delito y, además, pagar no garantiza que te devuelvan los archivos y te expones a que te sigan extorsionando con cantidades mayores.

-Usted estuvo persiguiendo el tráfico de pornografía infantil. ¿Se puede acabar con esa lacra?

-Hay que buscar alternativas a muy alto nivel. Exige más control y colaboración entre poderes y servicios. Uno no puede evitar que servicios que están regulados en Europa no lo estén en otros países. De todos modos, aunque es un tipo de delito que genera mucha alarma y reproche social, la explotación infantil no deja de suponer el 7 por ciento de los delitos en internet, algo mínimo. No hay tanto como la gente pueda pensar.

-Entonces se ha puesto coto al problema.

-Hay circulando material viejo, ya conocido. Bandas organizadas que produzcan este material no hay tantas. Sigue estando ahí, no se ha acabado con ese tipo de delito. Tras los golpes que se dieron, algunos con incluso setenta detenidos, en colaboración con servicios policiales de otros países, el tráfico se produce por otras vías. La tecnología les permite actuar de forma más rápida y crear servicios de venta menos rastreables. Pero lo que da dinero es la pornografía adulta y el juego, no la infantil. En España hay, sobre todo, distribuidores y algún productor. No supone la mayor preocupación.

-¿Qué es lo que más les trae de cabeza ahora?

-Sobre todo, los ciberataques contra infraestructuras críticas, que puede ser cualquier servicio del Estado, las vías ferroviarias, los aeropuertos, las centrales eléctricas...

-Recientemente ha habido polémica con los tuits ofensivos con motivo de la muerte de Bimba Bosé. ¿Qué le parecen?

-Pues mal, pero es cosa de la red social. Cuando se controle un poco, dejará de haber ese mal tono. Y si son delito, se perseguirán.

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