En cierta ocasión Francis Montesinos estaba en Nueva York y vio en el escaparate de una librería un volumen con todos los trajes típicos de España. De esto hace ya cuarenta años. El libro le costó cien dólares de entonces y luchó para conseguirlo, lo tenían como pieza decorativa en el escaparate. Montesinos evidenció en ese gesto la pasión que siente por la indumentaria regional, desde el rico traje de Fallera a los dengues bordados en azabache de las llaniscas y los volantes andaluces, que siempre salen a relucir en sus creaciones. Con la colección dedicada a Asturias le pasó algo parecido. El viaje que realizó en septiembre abrió los ojos del diseñador a la grandeza visual del escanciado, a texturas, colores y formas que el día 17 subirán a la principal pasarela española.