Asturias, junto con Cantabria, Galicia y Castilla y León, están elaborando el primer protocolo en España para la intervención de osos habituados a la presencia humana. El documento, que están cerrando las cuatro comunidades, recoge pautas de actuación para garantizar la seguridad de las personas y la conservación de la especie, en peligro de extinción. En gran medida se busca prevenir incidentes y saber qué hacer cuando un ejemplar se acerca con frecuencia a los pueblos. Todo ello en un momento en que la población osera no para de aumentar en la Cordillera Cantábrica.

Técnicos de estas regiones se han ido reuniendo para cerrar el protocolo, que se trasladará al Ministerio de Medio Ambiente para que lo conozca y, si así lo desea, lo adopte o traslade a otros territorios con presencia de osos, como puede ser la zona de Pirineos. Las comunidades autónomas han dado este paso porque ya les urgía contar con un protocolo y unas directrices para aplicar con osos, a juicio de la Fundación Oso Pardo. El protocolo establece la creación de unos equipos específicos de intervención en cada comunidad, con personal técnico, guardas y veterinarios.

Estos equipos estarán dotados con material anestésico, de captura, transporte y manejo, y prevé la organización de prácticas con periodicidad al menos cada seis meses. Este documento diferencia entre varios tipos de comportamientos de osos susceptibles de requerir una intervención para disuadirlo y tratar que se aleje de la zona, o para capturarlo y apartarlo, con el traslado a un centro veterinario o de recuperación de la fauna o su liberación en el medio natural. Así, se distinguen las actuaciones que se deben desarrollar en función de si por ejemplo son ejemplares heridos, enfermos, atrapados en trampas o crías abandonadas; si se trata de osos que de manera reiterada acuden a zonas habitadas en busca de alimento; o si son agresivos y peligrosos, y pueden originar conflictos con personas.