El número de universitarias crece cada año, siendo en algunas carreras muy superior al de los hombres. Sin embargo, los colectivos de mujeres científicas denuncian que hay una brecha entre titulaciones y competencia científica con los puestos de decisión que en la mayoría de los casos son ocupados por hombres. En la Universidad de Oviedo se han dado pasos pero queda mucho camino por recorrer. En sus 400 años de historia nunca ha habido una mujer rectora. Santiago García Granda presume de un equipo rectoral diverso y paritario, con tres de los seis vicerrectorados ocupados por mujeres y en el nivel inferior, en las direcciones de área sitúa en un 60-40% la relación entre hombres y mujeres en puestos de responsabilidad.
En la Facultad de Química invirtieron este curso una tendencia de décadas: por primera vez cuentan con una mujer decana, Susana Fernández y otras dos están al frente de los dos principales departamentos: Susana Luque, en Ingeniería Química, y Rosana Badía, en Química Física y Analítica. Son la excepción en la tradicional ausencia de féminas en puestos directivos. Las cifras cantan: en la Universidad de Oviedo solo un 15% de las cátedras las ocupan mujeres. Ellas representan el 36% del personal docente e investigador (PDI) mientras que en el área de administración y servicios (PAS) suben al 67%.
La organización Ingeniería sin Fronteras (ISF), una asociación formada por profesionales, docentes y estudiantes del ámbito ingenieril, ha reflexionado sobre este asunto consiguiendo, como primer paso, que la celebración del "Girl's Day" en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón pase a denominarse "Mujer e ingeniería".
La iniciativa replica una idea de otros países del norte de Europa y universidades con cierto renombre en la que se dedica una jornada a que las mujeres se impliquen en el mundo de la ingeniería.
El problema, indican los expertos, es el hecho es que se mantiene un techo de cristal, un techo transparente que impide a muchas mujeres avanzar en sus carreras profesionales tanto en el ámbito de la ingeniería como en muchos otros.
"Se nos repite constantemente el interés por que sean cada vez más las mujeres que estudian ingeniería", subrayan desde ISF. "Sin embargo son escasísimas las acciones que se llevan a cabo para fomentar dicha participación y numerosas las que resaltan la presencia del hombre en estas titulaciones".
Ese punto de vista más feminista que impulsa ISF en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón ha permitido, no obstante, algunos avances. Lograron que la empresa municipal de transportes modificase en los sistemas informáticos, las pantallas del bus y las aplicaciones el nombre de "Escuela de Ingenieros" por "Escuela de Ingeniería", lo cual presenta un enfoque mucho más amplio del término, además de corresponderse con el nombre real, recalcan.
Queda pendiente ese cambio de denominación en la marquesina del autobús. Sus propuestas, subrayan, presentan siempre un carácter constructivo. Por eso, piden eliminar estereotipos y cierto carácter paternalista con los que arrancó la programación del "Girl's Day" en el campus gijonés.
Entre tanto, la Universidad de Oviedo se prepara para la celebración el próximo 11 de febrero del día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, sumándose a una campaña de ámbito nacional que tiene como objetivo visibilizar el trabajo que realizan las féminas en investigación.
Bajo el lema "Yo soy científica" se ha invitado a las investigadoras de la universidad asturiana a formar parte una galería fotográfica que será expuesta en la portada de la página web de la Universidad del 6 al 10 de febrero formando parte así de un gran póster de las mujeres científicas que desarrollan su labor profesional en Asturias. En el marco de esta misma celebración se ha invitado a las librerías de todo el país para que en las mismas fechas llenen sus escaparates con biografías de científicas y otros libros que ayuden a visibilizar a la mujer en la ciencia y a fomentar las vocaciones científicas entre las niñas. En Asturias lo harán en la librería Cervantes, en Oviedo. Es otra forma de defender una sociedad justa en la que se tenga en cuenta, valore y respete a la mitad de la población, no solo en el papel.
