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Trenes sin recambios y en mal estado: "Hace falta un plan de choque"

El panorama que dibuja el presidente del comité de empresa sobre la situación de las cercanías de ancho métrico es desolador. "Feve necesita 25 trenes para afrontar una jornada sin riesgo de cancelaciones y muchas veces ni los hay", subraya Blanco, quien lamenta que "hay un montón de unidades paralizadas desde hace años por falta de motores, convertidores o cajas de cambio". La coexistencia de muchas series y modelos dificulta el mantenimiento de un material "viejo", con más de 25 años de antigüedad media. "Para muchos trenes ya no hay ni piezas", apunta el ferroviario, crítico también con los trámites administrativos para la compra de repuestos. "Todo lo que cueste más de 1.800 euros debe ser autorizado por la dirección, con lo que a veces hay que esperar una semana para adquirir arandelas", indica Luis Blanco. A su juicio, "un plan de choque de puesta al día" del parque móvil es uno de los pilares sobre los que debe sustentarse la recuperación de las cercanías de vía estrecha en el Principado.

Dentro de la complicada situación de todo el núcleo de cercanías, los ferroviarios reconocen la existencia de un "problema específico" en la línea del Caudal, que sigue sin electrificar y donde, según Blanco Junquera, hacen falta más unidades y habilitar el depósito que hay en la estación de Figaredo para "realizar un buen mantenimiento de trenes". La ruta Trubia-Collanzo suma unos 250.000 usuarios anuales, cuando, en sus mejores momentos, hace dos décadas, superaba los 650.000 viajeros al año.

"Entre el personal de la compañía hay un cabreo evidente. Tenemos grandes profesionales que se siente impotentes por no prestar un buen servicio", subraya Blanco, convencido de que Feve puede recuperarse a base de dinero y buena gestión: "La gente está deseando regresar al tren, pero pide que sea puntual".

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