El retraso de una semana en el inicio del curso universitario (comenzar el 18 de septiembre en vez del 12 de septiembre como ocurrió este curso) es aceptado, con alguna reserva, por los decanos de facultades y directores de escuelas universitarias de la Universidad de Oviedo consultados ayer por este periódico. La decisión de no examinar en diciembre, antes de las navidades, cuenta con división de opiniones.

La propuesta fue aprobada anteayer por la Comisión de Ordenación Académica y deberá ser refrendada en un próximo Consejo de Gobierno de la Universidad este mismo mes. En principio, ambas tienen justificación. Retrasar el comienzo de las clases tiene que ver con disponer de más tiempo para la gestión administrativa y académica del nuevo curso. Y dejar todos los exámenes del primer cuatrimestre para después de Navidades se entiende como una forma de dar más tiempo al alumnado para prepararlos, con el colchón de los días festivos.

Hasta aquí la teoría. A partir de aquí, los matices.

Asunción Cámara, directora de la Escuela Politécnica de Mieres, tiene dudas sobre la bondad académica de atrasar los exámenes a enero. "Hablo por experiencia, por mi asignatura del primer cuatrimestre. Compruebo que los resultados en esos exámenes de después de las fiestas no son especialmente buenos, y hablo de alumnos buenos". Las fiestas -dice- no ayudan. "Los alumnos inician las navidades con ganas de descansar, las jornadas festivas se hacen muy continuadas y no es fácil ponerse a estudiar".

Cámara aporta una sugerencia: que el periodo de exámenes no empiece antes del 15 de enero, dando por medio, entre las fiestas y las pruebas, una semana "de vuelta a la realidad".

El decano de la Facultad de Ciencias, José Manuel Noriega, forma parte de esa comisión de Ordenación Académica, que propone los cambios. Y sin embargo reconoce que "los motivos que se han esgrimido para retrasar una semana el inicio del curso a mí me despiertan dudas. No son razones que me convenzan especialmente".

Noriega asegura que en su facultad (donde estudian alumnos de los grados o dobles grados de Matemáticas y Física) el calendario de exámenes (diciembre o enero) "no ha generado excesiva importancia". Noriega asume que el perfil de su alumnado no presenta problema alguno, y recuerda que se ha dejado una puerta abierta para evitar esa dicotomía de antes o después de las Navidades.

"En la comisión de Ordenación Académica quedó abierta la posibilidad de dejar a los centros un día antes de Navidad para mantener una convocatoria de exámenes". En todo caso esa pequeña tercera vía deberá ser refrendada o no el próximo día 16 en Consejo de Gobierno de la Universidad.

A Juan Carlos Campo, director de la Politécnica de Ingeniería de Gijón la fecha propuesta para el inicio del próximo curso, el 18 de septiembre, le encaja. "Empezar las clases antes genera problemas; hacerlo después de esa fecha, también los genera, aunque sean distintos". Campo hace hincapié en la dificultad del proceso de puesta en marcha de un curso académico. "Nosotros arrancamos ahora en la preparación del siguiente", y en las fechas previas del arranque de las clases "aquí hay trabajo de 24 horas; por fortuna yo tengo a un subdirector, Francisco Fernández Linera, que hace una labor impagable", dice.

El decano de la Facultad de Derecho, José María Roca, no duda en calificar el retraso del inicio de curso como "una decisión extraordinaria, pero siempre y cuando ello no suponga retrasar otras muchas cosas". Roca cree que, al margen de cuándo se inicien las clases "el periodo de matriculación hay que dejarlo como está porque de lo que se trata es de ganar tiempo en la gestión del nuevo curso, no de dilatar todo lo demás". El calendario de exámenes afecta, a su juicio, a los alumnos y poco a los profesores. "Tenemos un periodo de exámenes que está muy concentrado, y cualquier ajuste que hagamos puede traer daños colaterales".

Todos coinciden en que la carga administrativa y burocrática a la que obliga preparar un curso es enorme, incluso insospechada para quienes no están en el ajo universitario. "Es un proceso muy complejo", señala José María Roca, sobre todo desde el plan Bolonia. Asunción Cámara califica el retraso del inicio de curso de "buenísima noticia, era algo necesario" y añade que "poner en marcha un curso universitario es terrible. Tenemos más grupos de todo, hay que gestionar tiempos, espacios y profesorado y tener toda esa organización preparada para el primer día hábil después de Covadonga es difícil". La directora de la Politécnica de Mieres se pregunta "si es necesario mantener un plazo de matrícula tan largo".

Juan Carlos Campo, director de la Politécnica de Gijón, tiene asumido que en cada inicio de curso "estamos abocados a montones de cambios". Campo asegura que el proceso de planificación del próximo curso universitario 2017-18 en el campus gijonés "comienza ahora", pero nunca sobra tiempo.

Por su parte la Delegación de Estudiantes de la Facultad de Economía y Empresa organizó en la plataforma Change.org una petición de firmas contra el nuevo calendario que se propone. A media tarde de ayer ya llevaban recogidas unas 3.900 adhesiones. Los alumnos piden "un acuerdo con el Rectorado" para mantener los exámenes en diciembre y la semana "de desahogo" en mayo, y que no se convoquen exámenes en julio. Los alumnos de Medicina convocan hoy dos protestas por el mismo motivo. A las doce, concentración en la Facultad, y a las doce y media, en el área docente del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).