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AUGUSTO ZAMORA RODRÍGUEZ | Presentó en Gijón su libro "Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos"

"La OTAN realiza un proceso de expansión que sólo se explica si quiere atacar a Rusia"

"En este juego Estados Unidos necesita perentoriamente que Europa esté arrodillada, y ésa es la desgracia"

Augusto Zamora Rodríguez, ayer, en Gijón. MARCOS LEÓN

Augusto Zamora Rodríguez (Estelí, Nicaragua, 1954) es doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y maestro en altos estudios internacionales. Fue embajador de Nicaragua en España y esta semana, en la librería café La Revoltosa, invitado por la Sociedad Cultural Gijonesa, presentó en Gijón su último libro, titulado "Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos", que publicó en 2016.

-En uno de sus últimos artículos en prensa asegura que "en 2013 quedó establecido el estado de guerra entre Rusia, Irán y China, por una parte, y la Alianza Atlántica, por otra", ¿en qué se basa para decir que el mundo vive una Tercera Guerra Mundial?

-En hechos, pero lo que pasa es que en Europa, lamentablemente, se vive un embargo informativo y muchos medios, sobre todo los grandes, no hacen ya periodismo, hacen ideología. No informan, presentan el mundo desde un ángulo determinado para inducir a la gente a verlo desde ese ángulo, pero no es lo que está ocurriendo. Tengo la costumbre de informarme recurriendo a medios muy diversos, voy a las fuentes y saco mis datos de ellas. Me baso en que si seguimos a la OTAN, lo que hace es un proceso de expansión que sólo se explica si lo que busca es atacar a Rusia, de ahí el despliegue de la OTAN en los países fronterizos con Rusia, y eso sólo tiene una lectura militar. Es un proceso que se viene dando desde los años noventa.

-¿Cuando en Occidente se creyó que la Unión Soviética-Rusia estaba vencida?

-Exacto. Entonces se desarrolló en los Estados Unidos lo que llamaron "el nuevo siglo estadounidense", que es un proyecto que recuerda a los mil años del Reich, sólo que reducido a un siglo, y es una estrategia para imponer el dominio estadounidense a nivel mundial. Eso implica, en primer lugar, asentar sólidamente el dominio de Estados Unidos sobre Europa. La OTAN, por más que la quieran disfrazar, es el instrumento de control de Estados Unidos sobre Europa, y no lo digo yo, lo dicen los estadounidenses.

-¿Es posible que la política exterior estadounidense dé un giro con Trump?

-No creo que pase nada en términos geopolíticos. Lamentablemente, en Europa y en los mismos Estados Unidos la estridencia está obstruyendo el análisis y la gente ya sólo se queda con el ruido. Qué es lo que está pasando en sustancia, pues nada.

-¿Nada?

-Es una estrategia de país. Trump no ha tocado ni uno solo de los pilares de esa estrategia. Se ha dado mucho bombo con el muro con México, pero, por favor, el proceso viene de los años noventa, y el que más impulsó la construcción de un muro fue Bill Clinton, y el que más inmigrantes expulsó fue Barack Obama.

-¿Es una comedia, entonces, la pretendida amistad entre Trump y Putin?

-No es comedia. La pregunta no es ésa, es por qué. Antes incluso de que Trump ocupara la Casa Blanca e inmediatamente después, sin darle tiempo a que calentara la silla, hubo una batería implacable contra Trump que nunca se ha visto en la historia de Estados Unidos. La pregunta es por qué los grandes medios de comunicación de Estados Unidos, no hablamos de la izquierda, afines al Partido Demócrata atacan a Trump. Creo que la única explicación es el temor que tiene un sector potente del "establishment" del Partido Demócrata de que Trump pueda alterar el esquema geopolítico que Estados Unidos viene trabajando de manera testaruda y constante desde los años noventa.

-Entonces, ¿es posible una confrontación directa con Rusia?

-Es al revés. Con Hillary Clinton, un producto del "establishment", la línea que se viene desarrollando desde los años noventa iba a continuar imperturbable y se iba a una confrontación directa con Rusia. En cambio, Trump abrió una posibilidad, entre comillas, de entendimiento con Rusia, es decir, de revertir la línea de confrontación.

-Pero la cambia por China...

-Tampoco está claro. Éstas son las cosas que el ruido no deja discernir. Trump anuló el tratado transpacífico de comercio, pero lo anómalo era ese tratado, y es que Estados Unidos, con los países del Pacífico, la norma que ha seguido son tratados bilaterales con prácticamente todos los países grandes y medianos del Pacífico, a excepción de China. Ese tratado no importaba como tratado comercial. Entonces, para qué lo idearon los demócratas y el sector de los "halcones" como hermano gemelo del tratado de libre comercio con la Unión Europea. Pues como una fauce que se abría por el Pacífico y por el Atlántico para crear un muro geopolítico en torno a China, pero todo disfrazado de tratados comerciales, pero no lo van a decir. Son tratados geoestratégicos, no comerciales.

-A principios del siglo XX el geógrafo y geopolítico británico Halford Mackinder enunció la teoría de la confrontación por el dominio del mundo entre una gran potencia marítima, entonces el Imperio británico, y una continental, Rusia; ¿estamos en la misma situación, pero con los Estados Unidos en el papel de los británicos?

-Digamos que el esquema de la confrontación de las potencias marítima y terrestre, que en el siglo XIX fue en Eurasia entre Gran Bretaña y Rusia, se mantiene y se prolonga en la confrontación entre Estados Unidos, que sustituyó a Gran Bretaña como potencia marítima, y la Unión Soviética, que sustituyó a Rusia como potencia terrestre. La única diferencia, pero radical, es que cuando Mackinder desarrolló su teoría del pivote continental China era una colonia de siete grandes potencias occidentales y Japón, y no la incluyó en ninguno de sus análisis. La gran novedad, y es lo que está haciendo crujir al mundo sin que la gente acabe de entenderlo, es que hay una confrontación de la potencia marítima, que es Estados Unidos, pero esta vez se enfrenta a dos potencias continentales: Rusia y China.

-¿Con el pivote de Irán?

-La cuestión es que ahora el pivote continental está absolutamente bajo el dominio de las potencias terrestres, y es Asia Central, pero allí Estados Unidos no tiene nada que hacer, aunque lo intentó durante la etapa de Boris Yeltsin en Rusia.

-¿Qué papel desempeñó la guerra de Yugoslavia en este "gran juego"?

-Fue para justificar la ampliación de la OTAN hacia el este de Europa, para formar los estados tapón de los que hablaba Mackinder. Además, la guerra tenía otro objetivo, que era impedir el desarrollo de la Unión Europea como ente autónomo. Estados Unidos, con una "guerrita", lo dinamitó todo. Estados Unidos montó su muñeco en Europa y lo ha seguido armando para controlar. En su esquema necesita a la OTAN para un frente bélico atlántico para ellos ocuparse del Pacífico, ya que no puede con los dos frentes.

-¿De ahí, por ejemplo, el formidable rearme naval de Australia, del que, por cierto, se benefician los astilleros españoles?

-Claro, será la gran retaguardia en una posible confrontación con China.

-¿Es pesimista con respecto a un posible conflicto bélico a gran escala?

-Si vemos la alianza ruso-china, es Eurasia completa frente a la potencia marítima y una pequeña península, que es Europa, una península de Eurasia. En este juego Estados Unidos necesita perentoriamente que Europa esté arrodillada, y ésa es la desgracia y el suicidio de Europa.

-¿Pero hay riesgo de un conflicto mundial?

-Rusia, China y Estados Unidos se están rearmando hasta los dientes y modernizando todo su arsenal nuclear a una velocidad pasmosa.

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