M. G. SALAS

Además de establecer una serie de obligaciones, la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales realiza recomendaciones, que afectan tanto a productores como a comerciantes. La prioritaria en la tierra es no sembrar mientras que en los almacenes, extremar el control y la limpieza.

¿Qué deben hacer los agricultores?

En tanto se apruebe la normativa estatal, se recomienda la no plantación de cultivos de patata en las zonas afectadas. Tras la publicación del programa nacional de control y erradicación del patógeno, la presencia de la plaga en los cultivos de las zonas afectadas supondrá el arranque y la destrucción de la cosecha. En terrenos en los que durante la campaña anterior se haya detectado la plaga se deberán desenterrar todos los tubérculos que permanezcan en la parcela mediante un pase de arado, procediendo a su eliminación controlada. También se recomienda que en el momento de la siembra se proceda al tapado de la semilla a una profundidad mínima de 15 centímetros, a efectos de que exista una barrera de tierra suficiente entre los tubérculos sembrados y las larvas.

¿Cómo tienen que actuar los almacenes comercializadores?

Con carácter preventivo, separar los tubérculos cuyo destino sea el de semilla o el de consumo, así como los restos de embalajes y sacos vacíos. Por otro lado, tendrán que colocar trampas con feromona para la detección de la plaga.

En caso de identificar la polilla en un local, ¿qué hacer?

En principios, se prohibirá la comercialización de los lotes afectados durante 90 días y se hará un seguimiento. Si durante ese período de tiempo, los tubérculos siguen teniendo polilla, se destruirán. En caso contrario, se permitirá su venta. Tras ello es fundamental desinfectar el almacén, la maquinaria y de las herramientas de manipulación, con productos autorizados por el Principado.