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El sector crítico queda huérfano

Los dirigentes del PP que alimentaron el descontento con Mercedes Fernández se desmarcan de las posibles candidaturas alternativas

Fernando Goñi, Agustín Iglesias Caunedo, Pablo Pichel y Ovidio Sánchez, tras un encuentro con Gabino de Lorenzo que círculos populares interpretaron como reunión de críticos, aunque los asistentes lo negaron.

Los críticos del PP asturiano se han quedado huérfanos a las puertas del congreso regional, del que saldrá el próximo candidato popular a la Presidencia del Principado. Los movimientos y reuniones que se produjeron meses atrás, algunos de ellos antes de las elecciones, no han fraguado ahora en apoyos claros a los candidatos alternativos, confirmados o en ciernes, para el cónclave autonómico.

El principal motivo de descontento con la gestión de Mercedes Fernández, que logró devolver al PP asturiano al papel de principal partido de la oposición, ha radicado en el acercamiento a Foro. Filas populares adentro, hubo voces que no entendieron la generosidad con un partido que en las autonómicas de 2011 echó por tierra toda posibilidad de victoria y que de cara a las generales de 2015 tenía muchas papeletas para quedarse sin voz y sin los recursos económicos que suponen los escaños en el Congreso y en el Senado.

El malestar por la coalición electoral fue trasladada y compartida en reuniones, y también en alguna que otra comida y cena, con presencia de dirigentes populares de diferentes ámbitos. Tal parecía que se alentaba la formación de una lista alternativa a la de la presidenta regional del partido, Mercedes Fernández, aunque los protagonistas aseguren que en esos encuentros con mesa y mantel de por medio se hablara más de fútbol y del Real Oviedo.

El delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, ya había manifestado antes de la última cita electoral, que en el PP asturiano había "cantera", con gente y talento para renovar el partido en el siguiente proceso congresual. El exalcalde de Oviedo incluso llegó a alinearse entre los partidarios de que los afiliados pudieran participar directamente en la elección de su presidente, un planteamiento que defendió con fuerza la madrileña Cristina Cifuentes.

Pero llegaron las citas electorales y, sobre todo, el paréntesis entre las primeras y las segundas generales, y el malestar por la coalición con Foro quedó aparcado. A Génova no le gustan los líos internos, en los que Asturias atesora un dilatado currículum, y menos aún con elecciones a la vuelta de la esquina en las que Mariano Rajoy se juega su continuidad en la Moncloa. Fueron meses en los que Mercedes Fernández tuvo que lidiar con problemas en la junta local de Avilés, donde dimitió Joaquín Aréstegui, salpicado por la instrucción de "Pokémon", para ser reemplazado por Carmen Maniega y a preguntas una semana sí y otra también sobre la situación del presidente de la junta local de Oviedo y exalcalde, Agustín Iglesias Caunedo, investigado en esa misma instrucción.

Mercedes Fernández, conocedora de movimientos internos críticos, empezó a tejer alianzas que le permitieran contrarrestar posibles candidaturas rivales, sabedora de que podía tener puntos flacos en Oviedo, Avilés y en un sector de Gijón, siempre hostil a ella. Una foto con Caunedo en una junta directiva y un acuerdo para elegir a los compromisarios al congreso nacional del que formaron parte tanto el exalcalde como Gabino Lorenzo y su "número dos", Luis Venta, parecieron enfriar los ánimos de una posible candidatura crítica.

Sólo la avilesina Carmen Maniega, que en todo ese proceso había sido relegada de la lista al Congreso por Asturias, mantuvo viva la llama del sector crítico, cuestionando la gestión de Mercedes Fernández. Primero dijo que no encabezaría la candidatura, pero finalmente ha dado el paso, alentada "por las bases" que no por dirigentes regionales.

En medio de este escenario surge otra alternativa, una candidatura de Tercera Vía, que quiere superar la habitual dinámica de enfrentamientos en el seno del PP asturiano y defiende un estilo nuevo, con un perfil totalmente distinto, el de un candidato joven, con experiencia interna y con trayectoria profesional al margen de la política. El foco se sitúa sobre el arquitecto ovetense Pablo Álvarez Pichel, que fue diputado autonómico en 2011, cuando el Grupo Popular quedó en cuadro por la escisión de la que nació Foro. Jefe de gabinete de Fernando Goñi, apoyó en el anterior congreso a Mercedes Fernández, pero fue cesado como asesor en el grupo de la Junta y se centró en su actividad profesional, arquitecto técnico, con intereses en el campo de la I+D+i. Hay quien le anima a dar el paso, pero también quien no se lo aconseja. Tiene de plazo hasta el día 25 para decidirse.

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