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Maestros Y Discípulos

Agustín Costa: "Debemos publicar en 'Nature' pero también generar empleo"

Daniel Martín: "La situación es complicada pero en la investigación universitaria existe libertad y eso incita a la creatividad"

Agustín Costa: "Debemos publicar en 'Nature' pero también generar empleo"

"El mayor fracaso es no haberlo intentado", apunta el catedrático Agustín Costa como filosofía de vida. Él, al menos, así lo ha hecho. Lleva con orgullo el hecho de que su grupo de investigación, el de Nanobioanálisis, haya sido el germen de cuatro "spin off's" universitarias. Algo que pocos han logrado en la Universidad española.

Pero más allá de ese mérito lo que, a su juicio, representa un verdadero éxito, en el ámbito profesional que sea, es tener el don para subirse al tren de la oportunidad en cada momento. "Que son muchas", precisa. Su discípulo, Daniel Martín Yerga, ha seguido el consejo del maestro. Fue alumno de Costa en dos asignaturas de la licenciatura de Química.

El catedrático de Química Analítica fue después su tutor en el trabajo fin de máster y su director de tesis, centrada en el desarrollo de biosensores a partir de nuevos nanomateriales para el estudio de la enfermedad celiaca. "La proyección de este trabajo es universal", dice Costa sobre una línea de investigación que la próxima semana le llevará a desplazarse a Panamá.

El catedrático de Química Analítica ha sido nombrado por la Organización Internacional de Energía Atómica como experto en aquel país. El cometido del profesor e investigadores el de analizar la presencia de contaminantes en los cultivos.

Agustín Costa se desplazará el próximo 4 de marzo a Panamá, invitado por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, para realizar una investigación sobre la presencia de tóxicos y contaminantes que puedan influir en cuestiones de ámbito alimentario.

Ese viaje, dice, abrirá nuevas líneas de investigación al grupo en torno al uso de sensores para la determinación de fungicidas e insecticidas fuera del laboratorio. "Se iniciarán dos tesis doctorales, una en Asturias y otra, en Panamá", anuncia. "Es una oportunidad para toda la Universidad de Oviedo", prosigue ante la mirada de su discípulo.

Daniel logró hacerse un hueco en una de las "spin off" nacidas al calor del grupo de Nanobioanálisis, Dropsens. "Desde el instituto me gustaba la Química y cuando llegué a la Universidad y empecé a entender la investigación decidí que quería dedicarme a la I+D", explica el joven, quien reconoce que la situación para muchos de sus compañeros de promoción es "complicada".

Daniel Martín se considera, en parte, privilegiado. Puede desarrollar su carrera profesional en el ámbito en el que se formó pero, además, "me quedé en Asturias y es una inversión que se puede recuperar aquí porque otros compañeros salieron fuera y la inversión en su formación ya no se recupera; si te vas, las oportunidades para volver son pocas", prosigue. Y reconoce que hacer carrera académica se pone muy cuesta arriba porque "antes de los 40 es difícil estabilizarse".

Eso, en el caso de haber tenido la oportunidad de lograr una beca para irse al extranjero, al menos, dos años; volver con otra beca para tirar dos años más y luego encadenar contratos temporales hasta que se convoque alguna plaza.

Él, lejos de tirar la toalla, decidió seguir en lo que le gusta, para lo que se formó y en lo que, según su maestro, "da lo mejor de sí mismo, porque es un gran divulgador, polivalente, capaz de colaborar en muchas tareas y siempre con ambición de poder hacer más". Sus intereses en investigación se centran en el desarrollo de sensores y biosensores electroquímicos utilizando transductores desechables, y en el empleo y caracterización de nanomateriales con fines electroanalíticos. Durante la etapa en que preparaba la tesis reconoce que no había horarios ni calendarios. "Aquí no se fiscalizaba a nadie", apunta el maestro. Tampoco era necesario porque lo bonito de la investigación, según Daniel Martín, es que "hay libertad y eso incita a la creatividad".

Pese al amor por su profesión, Agustín Costa, sí entiende que existen algunos obstáculos para que "gente brillante como Daniel pueda permanecer en la Universidad". A su juicio, es cuestión de voluntad política más que de buscar muchos gran cantidad de recursos económicos.

"Nuestra Universidad no puede permitirse el lujo de desprenderse de gente con condiciones excepcionales", prosigue antes de enfatizar la necesidad de buscar "caminos" para la gente que promete potenciarse como investigador. "No es cuestión de más dinero sino de saber organizar la casa. No podemos dejar que la gente pierda oportunidades, de lo contrario seguiremos bajando en los rankings", advierte.

Su propuesta pasa por potenciar a los emprendedores. "Y adelantarse a lo que hacen otros", plantea Daniel como base fundamental para mantenerse en el mercado en el caso de las empresas.

La gran preocupación en la Universidad, argumenta Agustín Costa, es la de conseguir financiación. Por eso, para los grupos se hace más necesario que nunca "tener todas las antenas puestas y estar abiertos a todas las sensibilidades".

¿Su objetivo? "Ilusionar a la gente" en un momento en que poco se sabe de las ayudas "Severo Ochoa" o las convocatorias pendientes del Plan Nacional, lamenta. "Estamos expectantes". El exceso de "bibliometría", en el sentido de que se mida la carrera investigadora en base a las publicaciones realizadas, tampoco ayuda mucho, subraya el catedrático.

"Debemos seguir publicando en 'Nature' o 'Science' pero nuestras neuronas no deben ser solo capaces de realizar investigación que sea escaparate en grandes revistas sino que también debemos generar riqueza y empleo en el entorno de nuestra Universidad", concluye Costa. "Todo cuesta mucho; todo es una aventura y hay un montón de retos por delante", apunta su discípulo.

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