Los hosteleros defienden la necesidad de aumentar el precio de la botella sidra. La polémica generada en las últimas horas en las redes sociales por la petición de estos empresarios de que una botella cueste "entre 5 y 7 euros" no sirve para aplacar a estos profesionales. Los dueños de restaurantes y sidrerías esgrimen dos argumentos ya clásicos para insistir en su petición: la botella de sidra cuesta menos que un botellín de cerveza, que un refresco o que una botella de agua, y, además, da más trabajo.

"Cada botella cuesta 2,50 o 2,70 euros y requiere seis servicios", reflexionó hace días en el club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés el hostelero Justo García, del restaurante Yumai. El empresario se refería a que para vender una botella de sidra se necesita que un camarero la escancie. "Algo falla cuando el agua vale más cara que la sidra. En San Sebastián se paga por una botella de sidra entre 5 y 8 euros, aquí 2,50 euros",señaló por su parte Samuel Trabanco hace días, cuando los llagareros de la región decidieron unirse a esta polémica y empezar a apostar por la subida del precio.

Lo que parecen tener claro estos llagareros es la necesidad de ir "todos a una". Los empresarios advierten, de hecho, de que romper el acuerdo de precios puede suponer un perjuicio para todos.