Podemos ha iniciado el proceso de revisión de sus direcciones autonómicas en varios territorios, pero Asturias puede esperar. El movimiento que sigue a la verificación de las estructuras del partido en la asamblea de Vistalegre II ha puesto en marcha mecanismos de reestructuración interna que ya están previstos para este año, algunos incluso con cierta inmediatez, en varias comunidades autónomas, pero en el Principado no. El plazo para la renovación de cargos expira en febrero de 2018, al cumplirse tres años de la elección del consejo ciudadano actual, pero la dirección de la sucursal asturiana de la formación morada asegura que "de momento, no se ha planteado otra cosa que seguir el plazo ordinario".

El secretario general del partido en el Principado, Daniel Ripa, también asiente a que la fecha se puede adelantar si se considera preciso, pero agrega que nada hay previsto al respecto. El líder de la formación en Asturias se muestra partidario de cierto sosiego y de la invitación a "salir de la campaña permanente de primarias constantes", pero no renuncia a la apertura de "espacios de debate, análisis y estrategia política".

La ubicación de la dirección asturiana al margen de la batalla dialéctica desatada en la asamblea de Vistalegre entre los partidarios de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón también sitúa al partido en Asturias fuera de las fronteras del mismo enfrentamiento en versión territorial que ya está acelerando los procesos y las tomas de posiciones en varias comunidades autónomas. La delegación valenciana incluso ha fijado ya la fecha de celebración de su asamblea ciudadana para el 14 de mayo y otras dos, las de Castilla y León y Castilla-La Mancha, las han señalado con menos precisión para antes del verano. Hay al menos dos más que la tienen programada para este año y Aragón y Canarias están obligadas por la incompatibilidad de los cargos de sus secretarios generales -Pablo Echenique y Meri Pita, respectivamente- con su elección en Vistalegre para formar parte del consejo ciudadano estatal.