Imputabilidad

La defensa de Villa ha mantenido durante catorce meses que Villa no estaba en condiciones de declarar. Hoy se ha demostrado que, según los abogados del SOMA, que podía hacerlo, aunque dándole tiempo para contestar, reconduciéndole y permiténdole descansar. Por tanto, podría enfrentarse a un juicio sin problemas. Villa no ha contestado a las preguntas de la juez, el fiscal y la acusación particular.

Fin de la instrucción

Una vez que ha declarado ante la juez Quelle Coto, ésta deberá tomar una decisión sobre la causa. Todo apunta a que en breve dictará un auto, en el que podría dar continuidad al proceso para que se celebre juicio o archivarlo, si considera que no puede ser juzgado o no hay suficientes indicios de delito, posibilidad harto improbable. En este último caso, al SOMA le quedaría la vía de las acciones civiles para reclamar el dinero.Firmas

En la querella del SOMA se incluyen cheques y transferencias en el que figuran las firmas de Villa y que éste niega que sean suyas. La defensa aduce que la firma era mancomunada y las cantidades podían ser cobradas por otros miembros del sindicato. El ex secretario general del SOMA ha realizado un cuerpo de escitura para demostrar que no rubricó esos documentos.

Dietas del comité intercentros

El SOMA calcula en 243.000 euros las cantidades en concepto de dietas del comité intercentros que fueron cobrados con cheques a nombre de José Angel Fernández Villa. La secretaria del ex secretario general declaró que ella personalemente acudía a cobrarlos, y que Villa le encarecía que lo hiciese de forma discreta.

Gastos suntuarios

La querella del SOMA incluye diversos gastos realizados por Villa: 3.000 euros para un reloj Monblanc; casi 6.000 para libros y discos; 472 para un reloj Certina; 62 para una colonia de Carolina Herrera; casi 1.000 en ropa; o 1.533 para puros Cohiba. En su declaración, Villa aduce que eran para regalos protocolarios. En el caso de un gasto de flores, para enviar a los familiares de algún accidentado.

El Mitsubishi

En la querella se indican 52.000 euros para la compra de un Mitsubishi, otros 29.600 para amortizar un crédito personal para la compra de Mitsubishi Montero y otros 6.400 para obras de reparación en el vehículo. Villa adujo en el juicio que el Mitsubishi era del sindicato y que lo entregó al SOMA.