La unanimidad sigue estando tan lejos o más que la semana pasada, pero el PP y Ciudadanos abrieron ayer la puerta a una negociación sobre el pacto de las infraestructuras pendientes que, de llegar a buen puerto, podría concitar el respaldo de una amplísima mayoría de la Junta General, ya que solo Podemos y Foro, que suman doce de los 45 diputados de la Cámara, quedarían al margen. Sin embargo, este acuerdo no se antoja ni mucho menos sencillo, sobre todo por lo que respecta a los populares, que, como condición indispensable para empezar a hablar, exigen al presidente del Principado, Javier Fernández, que aparte a la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, para asumir en primera persona el liderazgo del renovado proceso. Es un paso al frente que también defiende IU. Su portavoz, Gaspar Llamazares, emplazó ayer al jefe del Ejecutivo a "arremangarse" para superar un problema que "no es burocrático sino político".

"El Presidente tiene que tomar la iniciativa y liderarla", insistió Llamazares, crítico con el modelo de negociación planteado en primera instancia por el Gobierno, consistente en presentar a los partidos un "plato precocinado" y que con carácter previo al debate político ya había sido pactado con 17 organizaciones, entre ellas las principales patronales y sindicatos de la región. Pese a ello, IU era la única fuerza que permanecía sentada a la mesa cuando naufragó el primer intento de pacto.

Mercedes Fernández, presidenta y portavoz del PP, se dijo ayer dispuesta a hablar con el Gobierno sobre las infraestructuras, pero el que la convocatoria tenga el membrete de la Presidencia del Principado no es su única condición previa. La dirigente popular deja claro que no va a participar en plataformas "que no tienen sentido" y mucho menos en "frentes" contra el Gobierno de Rajoy. A la hora de explicar las razones por las que su formación ni siquiera respondió a la invitación para la fracasada primera ronda de conversaciones, Mercedes Fernández argumentó tal decisión en que fueron llamados por Belén Fernández, una consejera que, según indicó, "no nos transmite ninguna confianza" y en cuya gestión observa un "desastre permanente".

Ciudadanos tampoco se cierra al pacto ni a volver a la mesa de negociación, pero a condición de que también lo hagan el resto de partidos políticos y de que se rehaga el documento presentado por el Principado, previo acuerdo con los agentes sociales y vecinales. Para Nicanor Fernández, portavoz "naranja" en ese texto deberían figurar únicamente las obras prioritarias, como la variante de Pajares o la conclusión de la autovía de La Espina, y no otras de segundo nivel que sí han sido recogidas en la propuesta distribuida por Belén Fernández.

A la vista de las opiniones vertidas por sus portavoces, y contra lo que sucede con IU, Ciudadanos y hasta con el PP, el acuerdo con Foro y con Podemos se antoja a día de hoy poco menos que imposible. Emilio León estima que es el Ejecutivo el que "no tiene voluntad", como demostraría su negativa a emprender una auditoría social y económica sobre obras del calibre de la Variante que el dirigente podemista ve ahora "aún más necesaria tras lo que hemos conocido del cartel del hormigón". A su juicio, "no se trata de una cuestión de interlocutores sino de criterio".

"No hay nada que reconsiderar", aseveró, por su lado, la presidenta y portavoz de Foro, Cristina Coto, sobre las posibilidades de retomar las negociaciones para una alianza de las infraestructuras en la que aprecia una "claudicación" del Ejecutivo autonómico en relación a temas que son tan irrenunciables para su formación como la centralidad de la estación de Gijón o la extensión del tendido de Alta Velocidad ferroviaria desde León a Pola de Lena. A su juicio, el proyecto para el tramo León-La Robla, que, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, mantiene el ancho ibérico y el trazado actual, limitándose a mejorar la línea y a erradicar pasos a nivel, "más que un Ave en un Avecrem". Coto tampoco da relevancia alguna a que sea Javier Fernández quien lidere personalmente una hipotética segunda ronda de contactos. "Él es el gran claudicador", afirma.

¿Y qué piensa el Gobierno de todo esto? Fuentes consultadas en el Ejecutivo se remiten al contenido de la carta enviada por Belén Fernández a los grupos de la Junta en la que se les invita a retomar el diálogo.

Mientras continúa el debate político, el Adif sigue adelante con el plan por el que la Alta Velocidad entre León y Gijón mantiene el ancho de Renfe, por el que no pueden pasar los AVE puros. El Adif ha iniciado las obras para erradicar el "fondo de saco" que penaliza a los trenes de Asturias en la estación de León en base a un proyecto que también prevé vías de Renfe en el tramo que se construirá para garantizar las circulaciones en dirección al Principado. Ese diseño confirma aún más que el tendido específico de Alta Velocidad no pasará de la capital de la provincia vecina.

La Unión del Pueblo Leonés (UPL) exigió ayer al Gobierno la misma inversión para el AVE León-Asturias que la proyectada en los presupuestos estatales para otros corredores ferroviarios.