"Ya no tenía vida, cada poco tenía que ir al hospital". Con estas dos frases, los familiares de J. P. R. resumieron ayer a LA NUEVA ESPAÑA los meses inmediatamente anteriores a la operación de este vecino de Pola de Siero al que el pasado día 1 le fue implantado un corazón artificial. "La operación salió bien y la evolución es buena. No sabemos cuándo le darán el alta, pero sí vemos que mejora poco a poco", indicaron los allegados del paciente, quien durante años se dedicó a su profesión de fontanero calefactor.

Los médicos le habían diagnosticado una miocardiopatía dilatada, trastorno que debilita el músculo cardíaco y obstaculiza la acción del corazón de bombear suficiente sangre al organismo. Fuentes del HUCA precisaron que la única alternativa terapéutica en este caso era la colocación de una asistencia ventricular, dotada de un sistema rotor que permite que bombee sangre por el exterior del corazón a través de una cánula. Puede decirse, de algún modo, que se trataba del "paciente ideal" para este procedimiento que se ha estrenado en Asturias de la mano de José Luis Lambert y Beatriz Díaz Molina, cardiólogos de la unidad de insuficiencia cardiaca del HUCA.