La manifestación unitaria con la que se coronó la jornada de huelga escolar de ayer contra la LOMCE y los recortes educativos fue manifestación -la mayor de las últimas convocatorias con más de 4.000 participantes- pero no exactamente unitaria. Su desenlace tuvo tintes caóticos, con una parte de los participantes en la plaza de Porlier y otra muy numerosa en el claustro del edificio histórico de la Universidad. En ambos casos, con comunicados incluidos. Y cada cual por libre.

En Porlier hablaron una muy revolucionada joven del Sindicato de Estudiantes (críticas al PP, a Ciudadanos y al PSOE "pactista", recibidas con división de opiniones) y, con más sosiego, la representante de las familias (CEAPA) y la de los sindicatos SUATEA, UGT y CC.OO. que, esos sí, lograron consensuar el mensaje.

En la Universidad, mayormente los universitarios, con botes de humo (verde, por supuesto) y hasta bandera republicana colgando del claustro alto. Los estudiantes colgaron una pancarta en el pedestal que sostiene a Valdés Salas: "La Universidá ye de los estudiantes". El inquisidor aportaría sus matices a esta afirmación.

La jornada de paro fue ampliamente seguida por la comunidad educativa. También con matices, como Valdés Salas. Sorprende el escaso seguimiento del profesorado, que la Consejería de Educación redujo al 21% y no andaba descaminada. Por debajo del 30% de paro docente se han quedado decenas de colegios e institutos de la región.

Y sorprende, aunque menos, el gran eco de la convocatoria entre el alumnado, sobre todo de Secundaria. Por encima del 90% de ausencia estudiantil se movieron numerosos institutos. El Aramo, Alto Nalón, Virgen de Covadonga, el CIFP de Cerdeño o el IES de Tapia son solo algunos ejemplos. Todos los centros abrieron y se mantuvieron los servicios mínimos, comedor y transporte escolar. En la Universidad, seguimiento amplio que, como suele ocurrir es menor cuanto más difíciles son los estudios de cada facultad o escuela.

"¿Qué más recortes es preciso aplicar para que digamos basta?", se preguntó la representante de los sindicatos en el comunicado final de la manifestación. Son -dijo- siete años de retrocesos en la calidad educativa. Hubo una mención a la surrealista situación de las oposiciones docentes en Asturias: miles de interinos convertidos en "moneda de cambio" en las negociaciones de los presupuestos generales del Estado. Puro "desprecio".