Alerta roja en Feve. La operadora, integrada en Renfe como una división de vía estrecha, tampoco levantó cabeza con el cambio de año y perdió el pasado enero más de 7.600 pasajeros con respecto al mismo mes de 2016.

Esta nueva caída, que da continuidad a una "sangría" que arrancó hace una década y que parece no tener fin, se produjo después de que el servicio viviera un diciembre "negro", con un espectacular desplome interanual de 43.000 viajeros. De acuerdo con los últimos datos estadísticos del Sadei, la media mensual de pérdida de usuarios en los tendidos asturianos de ancho métrico ronda los 830. Si no media algo parecido a un milagro, Feve acabará el presente ejercicio por debajo de los dos millones de clientes, cuando hace apenas una década se encontraba a punto de superar la barrera de los cinco millones, impulsado por las mejoras relacionadas con el proyecto del "metrotrén".

Los ferroviarios estiman que estas últimas cifras de ocupación confirman que el servicio se encuentra en una "situación límite" que puede conllevar el cierre de las líneas con menos uso y mayor déficit económico a partir del año que viene, cuando concluya la prórroga de la declaración de servicio público que obliga al Estado a mantener abierta toda la red. Los profesionales exigen inversiones en el parque móvil y en la mejora de trazados.