La dura crisis económica triplicó el trabajo de los abogados de justicia gratuita, a los que se conoce como letrados del turno de oficio y al que se dedican casi un millar de profesionales en la demarcación que corresponde al Colegio de Abogados de Oviedo, que abarca toda la región excepto el área de Gijón -incluye Carreño y Villaviciosa-. En el año 2006 se registraban una media de 4.000 expedientes anuales, que en 2009 se elevaron a 6.900, y en 2011 llegaron a 12.400. El año pasado se cerró con 10.915 casos.

Ignacio Cuesta, decano del Colegio de Abogados de Oviedo, explicó que el incremento de los casos en la época de crisis se debió a varios motivos. Uno fue el de los cambios legislativos, que convirtió en delitos cuestiones que antes eran faltas, como dar positivo en alcoholemia. Y el otro fue el incremento de reclamaciones de cantidades económicas la demanda de cantidades económicas. Pero hubo otro más: familias en la que antes trabajaba el matrimonio, se quedaron sin empleo y la caída de ingresos les dio acceso a la justicia gratuita.

Para poder disfrutar de la justicia gratuita existen una límites en función de los ingresos y los miembros que integran la familia. No se puede superar el doble del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), que es el baremo que se utiliza para conceder ayudas sociales, becas, etcétera.

Así en el caso de que la unidad familiar esté integrada por una sola persona, no puede ingresar más de 12.780,26 euros brutos al año. Si la familia tiene menos de cuatro miembros, los ingresos máximos no pueden superar los 15.975,32 euros, y si son más de cuatro, 19.170,39. Pero la misma ley recoge algunas excepciones, tanto para concederla como para denegarla.

"La dedicación a la justicia gratuita es vocacional, porque económicamente no reporta beneficios", explicó Ignacio Cuesta. En términos similares se expresó Eulalio Llaneza, responsable del turno de oficio en la institución, quien añadió que "la mayoría de las personas que acuden a la justicia gratuita son humildes, y la labor de los letrados no es sólo de carácter jurídico, sino también social, porque ayuda a personas que sin recursos económicos se verían abandonadas y sin posibilidad de ejercitar sus derechos", afirmó.

El camino para ejercer como abogado de oficio no es fácil. Una vez que se consigue la graduación, hay que hacer el máster y después el examen de ingreso. Una vez superada esta fase, cualquier letrado puede abrir su propio despacho y empezar a ejercer.

Pero para ser abogado de oficio hay que acreditar que se han cumplido todos esos pasos previos pero además se exigen tres años de experiencia como colegiado ejerciente.

"La dedicación es absoluta y completa, y la mejor prueba es que el número de quejas contra los letrados del turno de oficio es pequeñísimo", aseguró el decano del Colegio de Abogados de Oviedo.

Eulalio Llaneza ejerce la abogacía desde hace 30 años, y continúa en el turno de oficio en Langreo y Laviana. "Los ingresos que me supone la justicia gratuita son prácticamente nulos. Pero es gratificante poder ayudar a personas que de no ser así no podrían reclamar ni ejercer sus derechos", indicó.