Un socialista catalán ha dicho de Patxi López que "es la Cruz Roja ante el choque de trenes en el PSOE" que representarían Pedro Sánchez y Susana Díaz. Lehendakari cuando el terrorismo fue arrinconado en el País Vasco y presidente del Congreso de los Diputados en la legislatura más breve, este vizcaíno amante de Asturias y del pote que probó en su infancia en Tuña (Tineo), estuvo ayer en Oviedo y Gijón para preparar a su equipo ante unas primarias a la secretaría general del PSOE que se presumen mucho más que intensas.
- ¿Resulta complicado hacer campaña en medio de un PSOE bipolar?
-Públicamente puede parecer que hay una polarización pero no es así, el PSOE nunca ha sido un partido de pensamiento único. He recorrido muchos kilómetros y hablado con muchos militantes y te das cuenta de que la mayoría no está en esta especie de choque de trenes sino que buscan ver cómo unimos el partido en un proyecto en el que se sientan cómodos, de izquierda exigente.
- ¿Pero no negará que se llegó muy lejos en el Comité Federal del 1 de octubre?
- Ni teníamos ni tenemos derecho a algo como eso. El partido para la inmensa mayoría de nuestros militantes no es un hobby de fin de semana, es algo en lo que han depositado y hasta sacrificado su vida. Cuando veían casi en directo, por la televisión, que estábamos rompiendo el partido, veían que rompíamos su vida. Por eso tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para impedir un partido fracturado, roto, dividido.
- ¿Las primarias y el congreso federal van a resolver el conflicto interno y las heridas abiertas en el PSOE?
-Tienen que resolverlo. No podemos permitirnos el lujo de seguir con la división. Si continuamos enfrentándonos unos socialistas contra otros, nadie nos escuchará fuera del partido. Da igual quien gane las primarias sobre un partido dividido porque perdemos todos. Lo importante no es quién gana las primarias sino lo que hacemos después. Y al día siguiente tenemos que ponernos todos en modo solución, no en modo conflicto.
- ¿Y cuál es su fórmula para ese día después?
- Si soy elegido secretario general llamaré a los otros candidatos para ver cómo sumamos en una dirección compartida, y si no lo soy, no me voy del partido; me quedo para ayudar y a disposición del secretario general que haya elegido la militancia, no para que se integre a Patxi López sino para integrar a esta parte del PSOE que represento.
- ¿Ahora es más importante unir al socialismo que vencer al centro derecha?
-Podemos hacer las dos cosas. Unir al PSOE es un requisito para poder decidir un proyecto con el que ser alternativa a la derecha. Yo no quiero llevar al partido al centro, que no deja de ser desplazarlo a la derecha, pero tampoco quiero que el PSOE se defina por los pactos con Pablo Iglesias. Quiero al PSOE en la izquierda exigente, pero una izquierda que no promete el cielo sin tener los pies en el suelo. Quiero un proyecto autónomo, sin complejos, que no siga mirando a un lado y a otro sin saber cuál es su sitio. Una izquierda que dé seguridad a los progresistas de este país.
- Usted fue una de las voces más rotundas del "No es no". ¿Qué ha cambiado para que ahora vaya por libre respecto a Pedro Sánchez?
-El "No es no" no es un proyecto político. Ni siquiera en su momento fue un debate ideológico. Fue una decisión táctica en una situación concreta. Ya vi que Pedro pone ahora esto del "Sí es sí". Está bien porque ya dije yo hace mucho tiempo que el PSOE tenía que pasar del "No es no" al Sí es sí" para definir una nueva esperanza para España.
- ¿En que se diferencia su propuesta?
-Defiendo un PSOE con un proyecto de izquierdas, nítido, claro, sin actos de fusión ni de confusión con el PP o Podemos.
- ¿Se ve con opciones reales de ganar?
-Mi campaña va de menos a más. No busco grandes mítines, busco el contacto con los militantes. Expongo mis ideas y a veces escucho críticas y desahogos porque el dirigente debe hacerse cargo del estado de ánimo de sus militantes. Cuando alguien lleva mucho en las tripas es mejor que lo suelte porque las tripas no son buenas compañeras de viaje. En estas asambleas notas que al final mucha gente, tras soltar todo eso, dice "es verdad, no queda otra que volver a caminar juntos". De estas asambleas salgo mucho más convencido de lo que entro.
- ¿La crisis de legitimidades que azota al PSOE se soluciona con la revocación del secretario general ratificada por la militancia que usted plantea?
-Es una propuesta muy lógica. En el partido decidimos que al secretario general lo elegimos por primarias, mediante un sistema de democracia directa, pero no puede haber ningún poder sin control y el órgano que controla al secretario general es el Comité Federal, democracia representativa. Para que no haya un choque de legitimidades, si el Comité Federal censura al secretario general, esa moción deberá ser ratificada por los afiliados en una votación posterior. Un secretario general elegido por la militancia debe ser revocado por la militancia.
- ¿Qué le parece la labor llevada a cabo por la Gestora?
-No voy a jugar a decir quién fue el más malo en todo lo que pasó, ni el más responsable, ni tampoco a valorar el papel de la Gestora. Hay un calendario y debemos aprovecharlo.
- ¿Teme que haya tensiones y juego sucio en los dos meses que faltan para las primarias?
-Depende de cómo se quiera comportar cada uno. Yo no voy a insultar, descalificar ni combatir a ningún compañero. Voy a defender mi propuesta y mi modelo. He elaborado un decálogo de cómo comportarnos en las redes sociales, porque son un magnífico instrumento para el debate político y el contraste de ideas pero no debemos convertirlas en un circo romano de violencia, descalificación y agresión.
- Dicen los sanchistas que Patxi López acabará pactando con Susana Díaz...
-He oído de todo desde el día en que me presenté. Unos dicen una cosa y otros la contraria. Di un paso al frente cuando muchos compañeros me dijeron que podía ayudar a evitar la fractura y lo di con todas las consecuencias y hasta el final. El PSOE me lo ha dado todo y no podía ponerme de perfil.
