Capaz de negociar dos presupuestos del Principado con el PSOE y otras tantas coaliciones electorales con Foro, el partido que abocó al PP asturiano a su segunda travesía del desierto por peleas, líos y broncas internas. Esas decisiones han marcado la gestión de Mercedes Fernández, que ha obtenido un respaldo arrollador entre una militancia popular que por primera vez ha podido votar en urna a su candidato para la presidencia regional del partido. La holgada victoria, con un 88 por ciento de los votos, le permite afrontar con tranquilidad la semana previa al congreso autonómico, que tendrá lugar el próximo sábado en Oviedo. Las vueltas que da la vida y la política. Un 11 de marzo, el de los atentados islamistas de 2004, supuso uno de los episodios más amargos en su trayectoria pública; en cambio en la misma fecha, trece años después, toma con más fuerza que nunca el timón del PP asturiano rumbo a las próximas elecciones autonómicas.
- ¿Imaginaba una victoria tan rotunda?
-Deseaba una victoria así de rotunda pero en estos procesos hay que ser serenos. Estoy muy satisfecha con los resultados obtenidos. El apoyo logrado en toda Asturias me supone un aval a la gestión realizada y un respaldo para lo que tengo por delante.
- ¿Qué conclusiones saca de este proceso?
-Es la primera vez que el PP permite a todos los afiliados que emitan su voto hacia una candidatura, un hito en la historia interna del partido. Me gusta haber podido participar en este proceso novedoso, totalmente abierto. A partir de ahí, el objetivo es consolidar un partido que debe dar un relevo al PSOE, que tras 30 años de gobierno en Asturias está seco, sin liderazgo y sin iniciativa.
- ¿El amplísimo apoyo obtenido supone que la unidad del PP asturiano está garantizada, tras un período muy difícil?
-Creo que sí. Efectivamente veníamos de tiempos difíciles y llenos de obstáculos, donde nuestra gente estaba desconcertada, desanimada con una escisión que supuso casi volver a la casilla de salida. Nunca me faltó el ánimo y el esfuerzo pero la labor fue ingente. Me atrevo a decir que me hice cargo del PP asturiano en el peor momento de su historia.
- La alianza con Foro para las elecciones generales fue objeto de contestación puertas adentro. ¿El resultado de esta votación avala su apuesta por ese acercamiento?
-Sí. En política hay que actuar desde dentro pero hacia afuera y dar respuesta desde los partidos a la sociedad. Si nos quedamos en lecturas pequeñas y muy internas, nos equivocamos. También hubo una pequeña contestación interna cuando el PP aprobó los presupuestos del Principado en 2015 y 2017 pero, sinceramente, hay que atreverse a hacer cosas, si no vale la pena estar en política. Hay que innovar y arriesgar, sin hacer disparates. El riesgo razonable me gusta.
- ¿Sus bases parecen apoyar tanto un acuerdo con un partido de centro izquierda como con otro de centro derecha?
- Vivimos tiempos convulsos. En una fábrica de automóviles se hacen coches y en el parlamento se tienen que elaborar acuerdos. Si estamos en un guirigay desordenado, con discursos grandilocuentes que no tienen repercusión beneficiosa en la vida cotidiana, la gente no entiende nada. Probablemente de ahí, vino el descrédito de los partidos tradicionales. Nos toca aprender y rectificar. La gente celebra los acuerdos razonables y los desacuerdos por bandera, la gente ni los comparte ni los entiende. Naturalmente habrá desacuerdos. Yo no comparto, por ejemplo, el modelo de ley electoral que plantea el PSOE para otorgar a los pequeños partidos con pocos votos muchos escaños ni creo que sea una apuesta razonable esquinar al principal partido de la oposición. Ni creo que haya que enseñar matemáticas en bable, creo que es ilegal. Pero en medio del invierno presupuestario, creí que Asturias estaba mejor con cuentas aprobadas porque da un pequeño margen de inversión, que es bueno en tiempo de escasez de recursos, y además recortamos a la mitad el impuesto de sucesiones.
- ¿Cuál será a partir de ahora su hoja de ruta del PP con Foro?
-Nosotros hicimos una coalición para las elecciones generales y en el ámbito autonómico y local está todo por decir, está todo por hacer y está todo por hablar. Tenemos una cosa en común muy importante, queremos que no gobierne la izquierda en Asturias. ¿Cómo se puede articular eso para llegar a un éxito electoral? Lo tendremos que hablar entre nosotros pero ese objetivo que tenemos en común es muy importante, como lo era que Pedro Sánchez no fuera presidente de España y que Mariano Rajoy sacara adelante la investidura, algo a lo que contribuimos modestamente aportando tres diputados y cuatro senadores. Con esos objetivos hay que empezar a tejer acuerdos pero, sobre todo, conversaciones para hacer un diagnóstico inteligente y sereno para ser más fuertes y que la izquierda pase a la oposición.
- ¿Hubo demasiada agresividad en esta campaña interna por parte de su contrincante, Carmen Maniega?
- Por mi parte no hubo ninguna, ni una sola descalificación. Yo pedí respeto en un par de ocasiones, cuando me pareció que se estaban pasando los decibelios porque sin respeto no se hace nada. A partir de ahí, cada uno tiene su biografía, su historia y nos conoce la gente como somos. Yo soy la de siempre y me da la sensación de que la gente quiso avalar una historia y una biografía.
- ¿Qué va a pasar con Avilés, una de las tres juntas, con Parres y Villaviciosa, donde no ha sido la candidata más votada?
-Habrá que hacer análisis profundos porque el partido tiene que trabajar a una, de forma coordinada, sensata y ordenada en la legalidad y en la gestión. Habrá que hacer profunda reflexión.
- ¿Puede haber novedades en Avilés antes de que se celebre el congreso ordinario, que debe llegar tras el autonómico como en el resto de juntas locales?
-Siempre puede haber novedades.
- ¿Incluso en forma de gestora?
-Siempre puede haber novedades.
- ¿Cuáles son sus principales asignaturas pendientes tras cuatro años al frente del partido en Asturias?
-Hay muchas porque la tarea era inmensa, gigantesca. Tenemos que seguir abriéndonos a la sociedad asturiana, para que sepa qué queremos hacer. Los partidos necesitan menos despachos, más pueblos y más hablar con la gente en la calle y escuchar.
- Usted suele dar mucha importancia a los gestos y el viernes acudió a votar junto a Luis Venta y José Agustín Cuervas-Mons. ¿Van a tener un papel relevante en su nuevo equipo?
- Naturalmente que lo van a tener porque ya lo tienen y lo que funciona bien no hay que cambiarlo. Y quiero destacar el apoyo masivo de Nuevas Generaciones. Que la juventud haya conectado conmigo y yo con ellos, siempre es garantía de futuro en un partido.
