Pedro Castillejo, hombre próximo al exlíder minero José Ángel Fernández Villa y su persona de confianza en la fundación cultural Infide, del SOMA, guarda silencio a la espera de acontecimientos. Acusado también de presunta apropiación indebida, el sindicato minero ha elevado la cuantía que le reclama de 72.000 a 118.000 euros tras ampliar la auditoría de las cuentas y abarcar desde 2004 hasta 2017.
Castillejo, que en la vida interna del sindicato minero fue bautizado como "Pedrín el brillante" por su verborrea, fue secretario general de UGT en el Nalón entre 1983 y 1988. Tras un paso fugaz por la comisión ejecutiva del SOMA, se fue a Madrid, a la Federación Nacional de Mineros, en la que estuvo hasta 1994, para después integrarse en la comisión ejecutiva nacional del SOMA-FIA-UGT . Al regresar a Asturias pasó a hacerse cargo de la fundación Instituto para la Formación, Investigación, Documentación y Estudios Sociales (Infide).
El que fuera una de las personas de confianza de Fernández Villa admitió desde el inicio del proceso, que "pudo haber mala praxis contable", pero insistió: "No acepto los calificativos de apropiación indebida y de aprovechamiento ilícito y personal". Señaló que en la fundación había "control, un balance económico que se presentaba anualmente pero no llevábamos un asiento contable, que era labor de otra persona".
La auditoría realizada por el SOMA recoge gastos sin justificar con tarjetas bancarias de crédito y de débito en restaurantes, sidrerías, cafeterías, hoteles, y billetes de avión, además de en un almacén de iluminación y un abono de 2.096 euros en Forum Sport Oviedo, entre otros.
Pedro Castillejo afirmó al inicio de la instrucción del caso que "tenía las tarjetas bancarias para poder desarrollar mi responsabilidad", y añadió que "no aparecerá ninguna factura de langostas", sólo de "comidas normales y del quehacer diario". A día de hoy, rechaza hacer declaraciones y remite a su abogado, Alfredo García, con quien este periodo ha intentado contactar sin éxito en repetidas ocasiones.
