El doctor Adolfo Barthe Aza deja testimonio de bonhomía y capacidad de templar las pasiones que le hicieron un referente de la Transición democrática en Asturias. Su fidelidad a figuras como Adolfo Suárez o Alejandro Rebollo le hizo emprender la aventura incierta del Centro Democrático y Social, que pese a unos inicios muy prometedores, terminó naufragando. En la UCD, Barthe Aza formaba parte del ala socialdemócrata mayoritaria, de la que eran referentes el registrador de la propiedad Emilio García-Pumarino -segundo presidente de la UCD asturiana tras el cristiano-demócrata Luis Vega Escandón-, Serafín Abilio Martínez -actual presidente de los constructores asturianos, y entonces secretario general del partido- o el abogado Juan Bautista Fernández Fidalgo.

El funeral por el doctor Barthe, este mediodía en la iglesia parroquial del Corazón de María, será sin duda todo un acontecimiento, en el que cientos de personas mostrarán su cariño y agradecimiento por el doctor.

Tanto en UCD como en el CDS, Barthe Aza estuvo acompañado de personalidades como el también dermatólogo José Sánchez del Río, quien recuerda vívidamente cómo su colega le reclutó. "Se acercó un día hasta Caborana y estuvo toda una tarde inoculándome el veneno de la política. A partir de entonces comencé a organizar la UDC en el concejo de Aller", relata el médico. Barthe Aza fue sin duda "uno de los motores de arranque del partido en aquella época", una época de ilusión, la de los inicios de la democracia, en la que el doctor aportó el prestigio de la profesión médica que llevaba ejerciendo desde hacía varias décadas.

Barthe "transmitía optimismo, ilusión y sobre todo muchas ganas de trabajar por los demás", añade Sánchez del Río. "Durante unos años, nos tocó sacar adelante el proyecto de la UCD, hasta que desaparece, y es cuando formamos, un grupo de siete personas, entre las que se encontraba su mujer, Mercedes García de Castro, el Centro Democrático y Social aquí en Asturias. Fue un proyecto en un principio ilusionante, pero terminó siendo bastante decepcionante. Al principio llegamos a tener ocho o nueve diputado, pero aquello no cuajó", cree Sánchez del Río.

Barthe Aza era "un hombre de Suárez, plenamente convencido", y esa fidelidad fue la que le llevó apoyar a Rafael Calvo Ortega -ministro de Trabajo con Suárez, diputado de UCD y luego eurodiputado del CDS- como cabeza de lista en Asturias en las primeras legislativas. "Con Calvo Ortega, Barthe tuvo una relación muy íntima".

En UCD y luego en el CDS, también trabajó cerca de Barthe Aza la exdiputada regional y exconcejala en el Ayuntamiento de Oviedo Consuelo Marcos Vallaure, "Cuca". "No coincidimos en el Ayuntamiento. De aquella época le recuerdo como una persona honesta, cariñosa, tranquila, que sosegaba a la gente cuando había alguna discusión", indica. También dialogante. "En aquella época de los inicios de la democracia se involucró en el tema de la minería, cuando todavía no se suponía lo que iba a pasar con ella. También planteamos la necesidad de la variante de Pajares. ¡Ya en aquella época, y aún seguimos sin ella! También por mejorar las vías de comunicación con el Aeropuerto de Asturias e incrementar los vuelos. Los asturianos estábamos muy aislados en aquella época y el doctor Barthe luchó por romper ese apartamiento y dar a conocer Asturias en el resto de España", afirma Marcos Vallaure.

Javier Vidal García Sánchez pertenecía a la rama liberal de la UCD, pero eso no le impide hablar maravillas de Barthe. "Es una pérdida muy grande para quienes nos considerábamos sus amigos. Nunca aceptas un paso así", asegura. A Barthe lo recuerda como "muy amigo de Adolfo Suárez y de Alejandro Rebollo. Fue una persona muy leal, no te fallaba nunca, no te traicionaba", añade. Y ante todo "era una persona conciliadora, detrás de él iba muchísima gente pro su condición de médico y el cariño que le tenían. Se hacía querer".

Juan Bautista Fernández Fidalgo, vicepresidente en el Gobierno preautonómico de Rafael Fernández -y que pasó una terrible noche del 23-F en el edificio de Gobernación, junto al exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, entonces gobernador civil-, se apartó pronto de la política, tras el fiasco de la UCD, pero recuerda a Barthe como "una persona muy trabajadora, con las ideas claras, coherente". También dialogante. "En aquella época no se veía tanto sectarismo", sentencia. No le acompañó en su aventura del CDS, que no le parecía factible.

Barthe se ganó amigos a izquierda y derecha del espectro político, como José María Casielles Aguadé, diputado regional y senador de Alianza Popular (AP). Los dos coincidieron en una tertulia radiofónica con el hoy alcalde Oviedo, el socialista Wenceslao López. "Era como un hermano mayor para mí, una persona entrañable. Era muy ponderado y equilibrado, conciliador, sensato. En la época de la Transición había muchas diferencias, pero también mucho respeto", asegura.