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Maestros y discípulos

Carbajo: "Nada hay relevante en Asturias en lo que no figure la Universidad"

Ana Quijada: "En el siglo XVIII la celebración de un doctorado era como una ceremonia de Juegos Olímpicos hoy"

Ana Quijada y Julio Carbajo en la torre observatorio del edificio histórico de la Universidad y, abajo, en las escaleras de acceso al observatorio. IRMA COLLÍN

En el siglo XVIII la Universidad de Oviedo tenía más días festivos que lectivos. "Todo eran rituales y protocolo", cuenta Ana Quijada, autora de la tesis "Tradiciones académicas, ceremonial y protocolo en la Universidad de Oviedo (1608-1908)". El trabajo, dirigido por el profesor de Derecho Civil Julio Carbajo, acaba de ver la luz como libro a través del servicio de publicaciones de la propia institución académica con el añadido de que supone la primera investigación de conjunto y exhaustiva sobre dichas cuestiones. La obra va más allá de una mera descripción de los ceremoniales y arroja luz sobre la historia de la propia Universidad. Para lograrlo, Quijada empleó cuatro años de trabajo buscando en archivos nacionales. "Leyendo vi cosas que me llamaban la atención como el examen de capilla, los ejercicios de poste o la ceremonia de pique", explica la autora. Y para descifrar el origen de todo ese ceremonial se puso en manos de un gran conocedor de la historia de la Universidad de Oviedo: Julio Carbajo, Director de los cursos de Experto y de Especialista en Protocolo y Ceremonial de la Universidad de Oviedo desde 1995, profesor de Derecho Civil y secretario académico durante el mandato de Santiago Gascón en el Rectorado. "Lo útil para dirigir una tesis de estas características es que fuera una persona que conociera la Universidad por dentro", indica la discípula.

Carbajo recibió con entusiasmo el ofrecimiento habida cuenta de que el caso de Ana Quijada incorporaba un elemento excepcional: "Es un trabajo con mucho mérito, pues viene de una persona cuyo cometido principal no es la investigación científica y que ha sacado tiempo fuera de su horario de trabajo para realizar este estudio: es algo muy meritorio", constata el director de tesis. Ana Quijada forma parte del personal de Administración y Servicios (PAS) de Universidad, trabaja en el vicerrectorado de Extensión Universitaria y a la vez, es ejemplo, según Julio Carbajo de una nueva tendencia en la institución académica al abrir el doctorado a personas que no están directamente ligadas a ella como investigadores. "Hasta ahora el doctorado lo hacían quien tenían previsto realizar carrera académica", continúa el profesor de Derecho Civil, por ello alaba el esfuerzo de Ana Quijada, "con un puesto de trabajo, que ha sacado tiempo de sus horas de ocio para una labor tremendamente meritoria. Además de la bondad del trabajo en sí mismo -calificado con sobresaliente cum laude- es un modelo para otras personas".

Su investigación pone de manifiesto cómo la Universidad asturiana importó las normas y privilegios de las universidades que existían en el reino de Castilla, siendo una de las más influyentes la de Salamanca, cuyo lenguaje ceremonial se repite en numerosos actos de los inicios de la universidad asturiana. La autora acudió a los archivos del Ayuntamiento de Oviedo, el Archivo Histórico de Asturias, el Archivo Nacional de Salamanca, el Archivo Histórico Nacional el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares, así como al de la Universidad de Salamanca y al de la Real Chancillería de Valladolid. Sobre la vida académica de las épocas estudiadas, Ana Quijada pudo desentrañar el origen del examen de capilla, que era la prueba más dura a la que se enfrentaba cualquier universitario para obtener la licenciatura, o la llamada ceremonia de piques, conocida así por realizarse tres piques al azar con un puñal de plata en el libro materia de examen del que el alumno elegía uno que tenía que preparar en total aislamiento.

Entre 1608 y 1908 la institución se preocupó por mostrarse ante la ciudad de Oviedo con una imagen corporativa muy cuidada, elaborada a través de las vestimentas, los gestos, la música, la jerarquía espacial y la palabra, con escenificaciones todas ellas grandilocuentes. "Hoy las ceremonias universitarias son más de puertas adentro, antes incorporaban a toda la sociedad", apunta el maestro. La celebración de un doctorado incluía paseos a caballo por la ciudad, se recogía al doctorando en su domicilio, la comitiva incluía clérigos, se celebraba una misa? "Socialmente eran ceremonias de mucha relevancia", indica Quijada. Su maestro reconoce que todavía hoy se mantiene esa "imbricación" de la Universidad en la sociedad, con la participación de los principales representantes de diferentes ámbitos de la sociedad asturiana en los actos académicos solemnes. "La sociedad y la Universidad van de la mano, no hay nada verdaderamente importantes (en Asturias) donde la Univesidad no figure", constata Carbajo.

El lenguaje ceremonial y ritual se mantuvo prácticamente inalterado durante los doscientos primeros años de funcionamiento de la institución. "La celebración de un doctorado era prácticamente como una ceremonia de Juegos Olímpicos hoy", continúa Quijada. "Las lecturas en latín para recibir a un nuevo doctor honoris causa son las mismas que en el siglo XVIII", explica. Si bien el título de honoris causa se instauró de manera oficial en 1920, la de Oviedo fue la primera universidad española en instaurar el doctorado honorífico, que en el siglo XVIII otorgó a Campomanes y Jovellanos. "Se podría pensar que ahora tenemos ceremonias académicas muy solemnes pero todo lo que hay es un trasunto de esas primeras etapas de la vida universitaria", apunta Carbajo.

Como experta en Protocolo, Quijada reconoce que es ahora, con la experiencia de los años, cuando le es posible descifrar la simbología de todos los ritos y tradiciones de antaño en la Universidad. "No habría podido hacerlo con 25 años. Es necesario conocer la Universidad por dentro, leer a Fermín Canella. Para abordar un trabajo así hay que saber de lo que hay dentro", reconoce la autora, feliz con el resultado de su trabajo y pensando ya en dar un paso más. "Me gustaría seguir trabajando en ello; ahora ya voy rápido y más segura", señala. Su maestro orienta hacia dónde dirigir su próxima investigación: "Está pendiente de realizar el análisis desde 1908 a la actualidad, una etapa de gran desarrollo normativo. Todo lo que hay ahora deriva de normas de la época franquista pero la normativa moderna es más parca en protocolo". Carbajo reconoce haber aprendido mucho de la tesis de su discípula sobre la "enorme evolución" que ha vivido la Universidad en los últimos 40 años. "Sociológicamente se han vivido cambios en los valores constitucionales y en los mecanismos de acceso a la institución. La Universidad es muy permeable a los cambios políticos y sociales", afirma. Hoy, dice Carbajo, "su papel en la sociedad se ha fortalecido".

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