El mayor mérito no es implantar un corazón artificial, sino haber puesto a punto un proceso de notable complejidad en el que han sido formados más de 150 profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Y este arduo trabajo de puesta a punto es lo que sus artífices aspiran a exportar a otros hospitales, según explicaron ayer este periódico. "Nos gustaría ser centro de referencia y poder dar formación a otros grupos. Sería muy bueno para el hospital. Lo tenemos todo muy protocolizado", subrayó Beatriz Díaz Molina, cardióloga de la unidad de insuficiencia cardíaca del complejo sanitario de Oviedo.

El pasado día 1, un vecino de Pola de Siero de 44 años, J. P. R., quien sufría una miocardiopatía dilatada (alteración que debilita el músculo cardíaco e impide al corazón bombear suficiente sangre al organismo), fue sometido a un implante de una asistencia ventricular. Se trata de un dispositivo de última generación que constituía su única posibilidad de seguir con vida. Esta máquina está concebida como un paso transitorio hasta que le llegue la posibilidad -dentro de unos meses- de recibir un trasplante de corazón. El paciente ya ha sido dado de alta.

"Ya hemos recibido llamadas de cirujanos interesados en conocer este procedimiento", señaló Jacobo Silva, jefe del servicio de Cirugía Cardíaca del HUCA, quien corroboró las consideraciones de la doctora Molina. "En este caso, la capacitación no es tanto técnica, del implante en sí mismo, como lo que supone crear un grupo de trabajo multidisciplinar. Ha sido lo más sorprendente: cómo hemos trabajado en grupo", enfatizó el doctor Silva.

"Podemos decir que la intervención ha sido un gran éxito. Ahora mismo tenemos toda la tecnología y toda la cartera de servicios disponible para la insuficiencia cardíaca", subrayó José Luis Lambert, responsable de la unidad del HUCA que maneja este tipo de trastornos, quien hizo hincapié en que "llevábamos años preparándonos para esto, no es algo que llegue de la noche a la mañana". "Es un proceso que consolida nuestra unidad de insuficiencia cardíaca", aseveró Lambert.

El corazón artificial constituye una alternativa muy eficaz ante la escasez de corazones para trasplantes. "Hasta hace pocos años, el trasplante era fácil de encontrar, y la lista de espera en España era la décima parte que en otros países, de semanas, o meses a lo sumo, cuando en muchos lugares era de años", indicó Lambert. ¿Qué sucede actualmente? "Que la cifra de donantes no aumenta, mientras los posibles receptores sí aumentan, y las listas de espera crecen. Surgen nuevas indicaciones para el trasplante urgente y hacen falta soluciones para el enfermo que necesita un trasplante y tiene que esperar". En el HUCA se llevan a cabo cada año entre 13 y 14 trasplantes de corazón.

En España, la asistencia ventricular -el corazón artificial- está catalogada como una solución puente hacia el trasplante. Sin embargo, "en otros países, con otras situaciones sanitarias, estos dispositivos se emplean como solución definitiva, sin contemplar un trasplante posterior", señaló Lambert, en alusión a lo que podría ser el futuro también en nuestro país.

Jacobo Silva manifestó su satisfacción con el resultado del primer implante de un corazón artificial: "A la intervención vino un ingeniero de la casa que suministra el aparato y le sorprendió la rapidez. Dijo que había sido la intervención más rápida de España. Está claro que estamos capacitados". "Pero la clave es elegir bien el paciente, tratarlo bien y seguirlo bien", apostilló Silva.