Más de 3.400 asturianos resultan heridos en accidente de tráfico cada año en la región, siendo las vías urbanas y las carreteras convencionales los escenarios más habituales de estos siniestros, según Formaster, la Asociación profesional de empresas formadoras en logística, transporte y seguridad vial.

Los datos de esta organización también indican que desde que entró en vigor el carné por puntos en junio de 2006, el número de víctimas mortales se redujo en el Principado el 61%, mientras que el de heridos sólo se redujo el 8,4% en el mismo periodo.

Estas tasas son ligeramente mejores que las que presentan las medias nacionales, que muestran una reducción del 60% en el número de fallecidos, mientras que el de accidentes con heridas sólo se recortó el 2%.

Otros datos que aporta la patronal Formaster indican que en Asturias las vías urbanas (calles y travesías) registran la mayoría de los accidentes con heridos, con un 57%, mientras que en las carreteras convencionales la tasa es del 29% y en las autopistas y autovías sólo se producen el 9,2%. "Esto demuestra que debe hacerse especial hincapié en políticas de seguridad vial en las zonas urbanas" de la región, asegura.

La estadística también indica que en Asturias se producen 23 accidentes por cada 10.000 habitantes, ligeramente por encima de la media nacional (21). Barcelona presenta los peores registros, con 36 siniestros por cada 10.000 habitantes, mientras que Zamora obtiene el mejor resultado, con sólo seis accidentes.

Uno de los aspectos que destaca Formaster como positivos es que los elementos de seguridad que incorporan los nuevos vehículos han contribuido a reducir el número de fallecidos, pero alertan de que "a mayor seguridad que percibe el conductor, mayores riesgos asume y esto conlleva más accidentes".

Por eso la patronal propone siete iniciativas para reducir la siniestralidad: Una mayor implicación de la sociedad para reducir la siniestralidad; campañas de sensibilización para reducir los accidentes en carretera; más planes PIVE para modernizar el parque automovilístico con mayor tecnología aplicada a la seguridad; más educación vial a los menores; que los ayuntamientos y los parlamentos regionales incluyan planes de movilidad; que los ciudadanos traten de evitar despistes, el alcohol y las drogas al volante, y mejorar las vías y carreteras con más iluminación y la eliminación de puntos negros.