El "corazón artificial" implantado a J. P. R., una asistencia ventricular que ayuda a que su maltrecho órgano pueda funcionar adecuadamente, es en realidad una máquina "en constante evolución". "Los prototipos que hay ahora mismo ya son más sofisticados: los controladores que llevan los pacientes son más pequeños, se busca que puedan ser ajustados mediante el teléfono móvil... Además, se prevé que aumente la competencia entre las casas y los precios se abaraten", explicó Beatriz Díaz Molina, cardióloga que lleva más de cerca la atención a los enfermos con insuficiencia cardíaca. "El gran avance sería que el conjunto del dispositivo fuera implantable. Actualmente, el ordenador y la batería van por fuera", agregó la doctora Molina.