No culpables. El jurado, por amplia mayoría, ha considerado inocentes al agente de la Policía Local de Cangas Gonzalo Azkárate -a su vez vicepresidente de la Federación Asturiana de Fútbol- y a Antonio Menéndez, jefe de cuerpo municipal, de los delitos continuados de malversación de caudales públicos y falsedad documental que les atribuían tanto la Fiscalía como el Ayuntamiento cangués. Nada más escuchar el veredicto, pronunciado pasadas las once de la noche de ayer, la magistrada presidenta del tribunal del jurado ha dictado sentencia absolutoria para los dos acusados. Azkárate, que ha sufrido varias indisposiciones a lo largo del juicio, se echó a llorar de forma ostensible tras escuchar las palabras de la juez.

El jurado se ha mostrado muy duro, tanto con la Guardia Civil como con el Ayuntamiento de Cangas. Para los miembros del tribunal popular, "la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil no ha aportado datos suficientes" para sostener un veredicto de culpabilidad. Además, las declaraciones de los testigos -policías locales y exalcaldes de Cangas- ha sido "contradictoria". El jurado resaltó que "los hechos fueron consentidos por los anteriores alcaldes". El jefe de la Policía, por otro lado, no era responsable de lo que ocurría. "Azkárate se benefició de esta situación de descontrol y mala gestión del Ayuntamiento de Cangas del Narcea", sentenció el jurado.

En su declaración ante el juez, el pasado jueves, Gonzalo Azkárate, vicepresidente de la Federación Asturiana de Fútbol, y su jefe en la Policía Local de Cangas del Narcea, Antonio Menéndez, rompieron a llorar desconsoladamente al concedérseles la última palabra en el juicio por jurado seguido contra ellos por malversación de caudales públicos y falsedad en la sección segunda de la Audiencia Provincial. Azkárate, acusado de cobrar 120.000 euros sin ir a trabajar, clamó que su denuncia era por cuestiones políticas. Indicó que todo era una represalia del exalcalde José Luis Fontaniella (PP) por haberse opuesto a la orden de multar más para cobrar medio millón más de euros.

Una vez concluido el juicio, el fiscal, que pedía nueve años y dos meses para los dos acusados, dio las gracias a los miembros del jurado por el esfuerzo realizado.