Dragados se expone a importantes sanciones de la Administración en el caso de que siga en sus trece y renuncie unilateralmente a ejecutar el proyecto de la instalación de las vías en la vertiente asturiana de la variante ferroviaria de Pajares. Fuentes consultadas en Fomento sostienen que la constructora, perteneciente al grupo ACS del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, podría ser castigada hasta con diez años de suspensión para optar a contratos de obra pública, en el caso de que no demuestre que son causas ajenas a su responsabilidad las que le impiden ejecutar los trabajos de acuerdo al encargo que le hizo el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en junio de 2014.
La constructora solicita la rescisión del contrato y una compensación económica de más de dos millones de euros porque en la zona de la ladera inestable de Campomanes no está lista la plataforma para la instalación de las vías. A juicio de Dragados, se trata de un problema en el que no tiene responsabilidad alguna y que, sin embargo, le impide desarrollar unas obras que ya le fueron adjudicadas hace casi tres años. Por ello, la empresa sostiene que estaría justificada la ruptura del acuerdo con el Adif y el derecho a ser resarcida económicamente.
Técnicos asturianos que conocen bien los entresijos de la contratación pública confirman que Dragados se expone a fuertes sanciones, pero, precisamente por ello, consideran que la constructora "debe tener bien atado el asunto". "No creo que Florentino se arriesgue a perder la calificación para contratar con la Administración por un proyecto menor", afirma uno de estos especialistas.
El Adif ya dejó claro desde que LA NUEVA ESPAÑA desvelara hace un año el desencuentro con Dragados que no está dispuesto a poner ni un solo euro de más que no esté totalmente justificado y que, además, no va a aceptar presiones de la constructora. Tras haber decretado una suspensión temporal de los trabajos, que ya ha sido levantada, el Adif considera que las obras de instalación de las vías en la ladera asturiana de la Variante están administrativamente en ejecución, aunque no haya ni rastro de Dragados.
La constructora se hizo con el contrato el 27 de junio de 2014. El encargo inicial recibido del Adif consistía en la instalación de los raíles en un tramo de 23 kilómetros en el que se incluye parte del gran túnel bajo la Cordillera, así como todo el trayecto en superficie que va desde la embocadura asturiana del gran paso subterráneo hasta Pola de Lena, en el que está la ladera de Campomanes. El acuerdo se cerró en 9,28 millones de euros, menos de la mitad de los 19,1 millones que figuraban como presupuesto base. LA NUEVA ESPAÑA ya informó a finales de 2015 de que, pese a que la adjudicación se había formalizado año y medio antes, los trabajos de instalación de las vías en la parte leonesa (finalizados en abril de 2016) avanzaban sin problemas, mientras que en la parte asturiana no se había puesto ni un raíl. La situación impide que la Variante pueda abrir hasta 2019, según los especialistas.
