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La obra de la Variante parará del todo en junio si no inicia ya la instalación de vías

La actividad en Pajares se limita ahora a la sujeción del talud inestable de Campomanes, muy avanzada, y al mantenimiento de los grandes túneles

Un depósito de traviesas semiabandonado cerca del emboquille del gran túnel de Pajares. LNE

Las obras en la vertiente asturiana de la variante de Pajares que hoy marchan al ralentí se detendrán en junio, si para entonces no ha empezado la instalación de las vías, algo muy complicado de lograr ya que el conflicto con la empresa adjudicataria (Dragados) parece abocar al Adif a una nueva licitación del proyecto. Según pudo comprobar ayer LA NUEVA ESPAÑA, los únicos trabajos entre Pola de Lena y los grandes túneles bajo la Cordillera se centran ahora en la sujeción de la ladera inestable de Campomanes y en la apertura de la caja ferroviaria en ese tramo. Son labores que se encuentran adelantadas y que deben estar concluidas antes del verano. A partir de ahí, y si no se producen avances con los raíles, la actuación quedará prácticamente paralizada.

Las constructoras del tramo en que se encuentra el talud inestable ya han dado por concluida la relación laboral con numerosos operarios que trabajaron en la zona durante los últimos meses, debido a la inminente conclusión de las obras. En las próximas fechas habrá más bajas. "Estamos terminando y solo quedará pendiente el tema de las vías", reconoció ayer uno de los pocos trabajadores que permanecen en el tajo. Cerca de los túneles de San Bras, un vecino de la zona confirmaba que, en las últimas semanas, la única actividad en todo el valle del Huerna se ha limitado al talud de Campomanes: "En el resto solo hay algún remate, porque ya acabaron hasta el vertedero que estaba pendiente".

Cuándo se producirá el inicio de las obras de instalación de los raíles es ahora mismo una incógnita. Este diario contactó ayer con los portavoces oficiales de ACS, el grupo empresarial de Florentino Pérez al que pertenece Dragados, quienes aseguraron que la compañía no va a hacer ninguna valoración sobre la polémica. Por su lado, el Adif reitera que la obra está administrativamente en ejecución, tras haberse levantado la suspensión temporal, y emplaza a la empresa a iniciar los trabajos.

Dragados ha solicitado la resolución del contrato de las vías de la parte asturiana de la Variante con el argumento de que la situación de la ladera inestable de Campomanes, donde no está lista la caja ferroviaria para poner los raíles, le ha impedido dar comienzo a la obra. Por ello, y dado que la actuación se adjudicó en 2014 y no ha arrancado por causas que considera ajenas a su responsabilidad, también reclama a la Administración una indemnización de algo más de dos millones de euros. El Adif se niega en redondo y, con el respaldo de un informe emitido por la Abogacía del Estado, rechaza la resolución del contrato y la compensación que pide Dragados. El acuerdo no ha sido posible pese a que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, desveló que el nuevo presidente del Adif, Juan Bravo, se había implicado personalmente en la negociación para desbloquear el proyecto, algo que sí se ha conseguido en tramos con problemas similares en otras comunidades autónomas.

Maquinaria

Dejando a un lado la maquinaria y el puñado de operarios que trabajan en la ladera de Campomanes, la impresión que deja la visita a las obras de Pajares es de absoluta inactividad. En el recorrido que lleva a Los Pontones, donde se abren las bocas asturianas de los grandes túneles, únicamente se aprecia un ligero movimiento de tierra para tapar uno de los grandes vertederos que se habilitaron para los trabajos. De las fábricas de dovelas que se levantaron hace años solo quedan los solares. Los puntos de acopio de equipamientos de vía presentan un estado de semiabandono.

Aunque la actividad en la parte asturiana de los túneles sigue limitada fundamentalmente a las labores de mantenimiento encargadas a la empresa Tragsa, los accesos a los emboquilles vuelven a contar con guardas de seguridad. Uno de los pocos operarios que hay en la zona confirma que apenas se trabaja en el interior de los pasos subterráneos, en cuyas inmediaciones están apiladas las traviesas sobre las que se tienen que instalar las vías.

En la parte leonesa del túnel sí que hay actividad, aunque se vea ralentizada por lo que ocurre en Lena y por el retraso en proyectos como el de la ventilación de los grandes túneles. Los trabajos se centran en el remate de la superestructura y la ejecución de diversas instalaciones auxiliares.

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