Para muchos, como Daniel Pérez, fue el primer viaje en avión de su vida. Una experiencia "para repetir siempre que pueda" que tardará en olvidar este muchacho de 15 años. También sus doce compañeros del primer curso de Bachillerato y cuarto de Secundaria del Instituto de Vegadeo que ayer volaron a Barcelona, invitados por Vueling y acompañados por los profesores Mercedes Martínez y José Antonio Reiriz, para participar en un itinerario didáctico por las instalaciones de la segunda compañía aérea, tras Iberia, que más pasajeros mueve en la terminal de Santiago del Monte.

El objetivo de esta iniciativa, enmarcada en el Foro Comunicación y Escuela del instituto veigueño, consistió en presentar y analizar la salida profesional que ofrece el campo de la aviación. La salida que encontró en su momento el asturiano Julio Fernández, uno de los pilotos que llevaron el avión de Asturias a Barcelona, antiguo alumno del Instituto de Vegadeo, que acompañó a sus paisanos durante toda la estancia en la capital catalana. En el sector desde 2007 y tras dos años a bordo de naves de Vueling, Fernández animó a los chicos a dedicarse a alguna profesión aeronáutica. "Vivir en un concejo rural no supone ningún problema para lograrlo", subrayó el piloto veigueño, afincado en Oviedo.

La primera parada de la jornada fue el centro de control de tráfico aéreo de Barcelona, gestionado por la empresa pública Enaire. Los chicos visitaron las instalaciones acompañados por el responsable de la gestión centralizada del equipamiento, el langreano Jesús Infiesta. En el centro, situado en la localidad de Gavá, trabajan más de trescientos controladores aéreos y se gestionan 1.800 vuelos diarios.

Ya por la tarde, hubo visitas al centro de control y a las instalaciones de Vueling, compañía que se volcó, con éxito, para que los alumnos asturianos disfrutaran al máximo de un completo programa de actividades en Barcelona. Su director de recursos humanos, Cristian Rodríguez, explicó a los chicos las características de la empresa y les aconsejó que procuren trabajar "en lo que les gusta" y que lo hagan con "intensidad para hacer realidad sus sueños". Antes de regresar a Asturias en el vuelo de las diez de la noche, la expedición pasó por el hangar de Iberia en el aeropuerto de El Prat.

En el avión de vuelta hubo tiempo para repasar la experiencia de un día largo y de lo más intenso. Noelia Rico, una alumna veigueña de 15 años de San Tirso, volvía a casa sorprendida por lo que había visto en la cabina de la nave: "No me esperaba que hubiera botones hasta por el techo".