En los 90, José Luis Zapico montó una asociación de autónomos en la comarca avilesina que tuvo su eco. Más tarde, fundó la asociación empresarial "Tres Continentes", para estrechar los lazos entre España, África e Hispanoamérica. El Ayuntamiento de Corvera le cedió las antiguas escuelas de Solís y Rodiles. Eran los tiempos en que Corvera inició relaciones con países tan exóticos como Cabo Verde. A Zapico, que en 2007 fundó el Partido Unionista Estado Español (PUEDE, que llegó a cosechar 414 votos), no le ha ido bien con los años. Ha terminado en la cárcel, tras varias condenas.

Ayer se sentó en el banquillo de nuevo, acusado de estafar 660.000 euros a una treintena de entidades con varias firmas con sede en Olloniego (Oviedo), de las que era administrador. Le acompañó ante los magistrados de la sección tercera de la Audiencia Provincial quien fuera gerente de varias, José Ángel Eslava. Ambos se enfrentan a seis años de prisión, y multa de 7.200 euros. Según los denunciantes, al menos Eslava se presentaba como vinculado a Nueva Rumasa, el grupo empresarial del fallecido José María Ruiz-Mateos, aunque este acusado, defendido por Ricardo Álvarez-Buylla, lo negó tajantemente.

El fiscal Enrique Valdés-Solís cree que los acusados montaron, en 2008 un negocio de pesca y alimentación en unas naves del polígono de Olloniego, contratando la compra de camiones frigoríficos, mobiliario y otros servicios que no pagaron. También realizaron compras a diversas empresas de alimentación de Madrid, Tenerife, La Coruña o el País Vasco, pero tampoco pagaron a los proveedores. Uno de ellos terminó denunciando.

Ni las naves

No pagaron si quiera las naves, por lo que, cuando faltaban unos días para que les echasen, arramblaron con la mercancía que quedaba y la llevaron a las escuelas de Solís, en Corvera, donde Zapico tenía su asociación "Tres Continentes". Allí la encontró la Guardia Civil junto con 14 cajas de documentos y tres cpu's que sirvieron a los agentes para localizar nuevas víctimas.

Zapico echó la culpa a su gerente y a la situación económica. "No hemos negado el pago a nadie. Esto se ha producido por las circunstancias, por la crisis. Económicamente estoy arruinado, pero moralmente aún estoy en condiciones de hacer cosas y arreglarlo", aseguró. Zapico dijo que fue su gerente quien comenzó a hacer cosas que terminaron echando la empresa a pique.

Eslava, por su parte, se presentó como un simple empleado, alguien que tenía responsabilidad sobre el equipo, no sobre la contabilidad -por otro lado inexistente, como remarcó la Guardia Civil- o la administración, aunque varios antiguos empleados aseguraron que era él que llevaba la empresa. Eslava aportó el fallo de un juzgado de lo penal de León que condena a Zapico por alzamiento de bienes pero le exonera a él, al considerarle un empleado. El juicio sigue mañana miércoles.