La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

FRANCISCO JAVIER SANABRIA | Director general de Naciones Unidas y Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores

"Se debe enfocar la vigilancia al tráfico financiero que sostiene al terrorismo"

"En Estados Unidos hemos comprobado que el Presidente no es todopoderoso, que la política siempre entra en juego"

Francisco Javier Sanabria, en la Junta General del Principado. IRMA COLLÍN

Medio centenar largo de estudiantes universitarios se han repartido el mundo y simulan ser delegados en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es "Ovimun 2017", algo más que una recreación ficticia sobre política internacional, una iniciativa de aproximación a las relaciones diplomáticas que ayer llenó de gente distinta el hemiciclo de la Junta General del Principado. Francisco Javier Sanabria, director general de Naciones Unidas y Derechos Humanos en el Ministerio de Asuntos Exteriores, invitado a la primera sesión, les cuenta la historia de un fracaso, el de la ONU en la prevención de los conflictos, y les enseña la ruta hacia el futuro de un planeta complejo, acosado por el terror, los extremismos, la primera grieta en la Europa unida...

- ¿Qué puede hacer la diplomacia por nosotros?

-Aplicar la agenda de objetivos de desarrollo sostenible, un programa que lo abarca todo: la igualdad, la lucha contra la pobreza y la buena gobernación del mundo, y que sabe que para eso hacen falta recursos. Por eso hemos aprobado un acuerdo importante de financiación en el que todos los países nos comprometemos a llevar adelante esa agenda tanto en el plano interno como en el de la cooperación. La diplomacia tiene que ponerse a aplicar ese proyecto y a eso que el secretario general de Naciones Unidas ha calificado como la gran guía de toda la política, la prevención de los conflictos. Esa conjunción haría que este mundo fuera más habitable dentro de una generación.

- Está a al vista que la prevención de la ONU no ha triunfado. ¿Habría que actualizar sus estructuras nacidas de la Segunda Guerra Mundial?

-Sin duda. En la agenda de trabajo de todos los periodos de sesiones está la reforma para revitalizar la Asamblea General y hacer de ella un órgano que tenga más influencia en la vida del planeta. De cara al mantenimiento de la paz internacional, también es fundamental la reforma del consejo de seguridad. Ahí el problema que tenemos es que estamos de acuerdo en el diagnóstico, pero hay distintos pensamientos respecto al modo de llevarlo a cabo. España aboga por un consejo ampliado en al menos diez miembros sin aumentar el número de componentes permanentes, y por ampliar para determinados estados los actuales mandatos de dos años. Eso permitiría que países grandes pudieran servir durante más tiempo seguido en el Consejo. Eso sí, presentándose a elecciones, porque la rendición de cuentas es fundamental.

- ¿Qué quiere aportar España?

-Queremos un Consejo de Seguridad más representativo. Representatividad equivale a legitimidad, y la legitimidad actual está en entredicho porque faltan países africanos. También pretendemos que restrinja el uso del veto. Nos gustaría eliminarlo, pero como eso no tiene ninguna posibilidad de prosperar, estamos a favor de las iniciativas que pretenden limitar su utilización, que no se use en caso de que se constate que ha habido crímenes masivos en un conflicto.

- ¿Tiene sentido colar Gibraltar en la negociación del "Brexit"?

-Hay unas directrices de negociación por las cuales el asunto de Gibraltar debe tener un tratamiento singular en el marco de la negociación del Brexit. Debe ser tratado de forma separada, distinta. Es una cuestión singular que afecta a la integridad territorial de España y los socios e instituciones europeas han reconocido ya que ahí la posición de España debe tener un valor especial.

- ¿La huida del Reino Unido es una oportunidad para replantear a favor de España el futuro de la colonia?

-El "Brexit" va a cambiar las circunstancias de todos. Y lo lógico es que ese cambio replantee las cuestiones en beneficio de todos, pero pensando en las personas, no en los territorios. La posición de España es clara, tenemos resoluciones de Naciones Unidas que establecen que la situación de la colonia ha de resolverse mediante negociaciones directas entre el Reino Unido y España y el "Brexit" altera una situación que ya no será la misma. Habrá que ver cuál es la mejor forma de dar una solución.

- San Petersburgo es la última parada del terror. ¿Cómo actuar frente al terrorismo?

-Desde todos los frentes. Hemos hablado mucho de prevenir, también de fomentar el diálogo para luchar contra el extremismo violento que puede conducir a algunas personas hacia el terrorismo, pero también hay que batallar contra la radicalización, enviar mensajes atractivos para que los jóvenes no abracen causas de organizaciones de este tipo y ser muy firmes en las sanciones, también en las financieras. Hay que vigilar el tráfico financiero que sostiene a estas organizaciones y ser muy firmes en el combate del terrorismo con las armas de la legalidad internacional.

- ¿También reforzando las fronteras exteriores de la UE?

-Las fronteras están ahí para respetarse, una frontera no se puede cruzar sin un título que habilite para ello. No se trata de reforzarla, simplemente de hacer valer que eso es un hecho. Ahora bien, a esa frontera se acercan personas en situación de gran necesidad y tienen sus derechos, que deben ser respetados. Si no hay capacidad para absorber a ese número ingente de personas, y ningún país europeo la tiene, habrá que ver cómo atender mejor el problema. Sabiendo que son víctimas, pero también que hay que examinar si pueden ser acogidos en calidad de refugiados. También que eso lleva unos procedimientos y hay que hacerlo con diligencia, pero sobre todo con prudencia y cuidado. No se trata de acelerar trámites que luego pueden dar lugar a resultados no deseados. Tenemos que saber combinar la voluntad de ayudar con los límites de nuestras capacidades.

- ¿Qué significan Donald Trump, su elección y sus primeros pasos?

-Estados Unidos ya nació como una democracia, y la democracia estadounidense siempre ha sido un ejemplo. El presidente Trump va a tener que convivir con esas estructuras de poder y ya hemos visto en algunas ocasiones, no sólo ahora, que el presidente de Estados Unidos no es todopoderoso, que no puede hacer todo lo que él quisiera. Ahí entra la política en juego y vamos a ver cómo evoluciona esta nueva administración. Confiamos en que lo hará de la mejor manera posible para Estados Unidos, sus aliados y el mundo en general.

Compartir el artículo

stats