Con el ánimo de avanzar en la protección de dos especies con poblaciones reducidas, una de ellas en Somiedo y la otra en la sierra de Cazorla, un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo liderado por José Antonio Fernández Prieto, junto con Eduardo Cires y Álvaro Bueno, desarrolla durante este año el proyecto "Un género paleoendémico ibérico: Rivasmartinezia (Apiaceae). Análisis de amenazas y propuestas para la conservación de dos especies relictas (R. vazquezii y R. cazorlana)". La investigación cuenta con el respaldo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Fundación Biodiversidad. Su objetivo es establecer estrategias para la protección y divulgación de las poblaciones de plantas Rivasmartinezia vazquezii, de la familia del apio, descrita en Somiedo en el año 2014 por este mismo equipo de investigadores, y Rivasmartinezia cazorlana, localizada en la sierra de Cazorla, Jaén, en 2016, por científicos andaluces. Se trata de especies que viven exclusivamente en dichas zonas. De la asturiana actualmente solo se conocen en torno a seis o siete subpoblaciones en un área de unos 7 kilómetros cuadrados de Somiedo, entre la Malva y valle de Lago, y una única población de Rivasmartinezia cazorlana, de muy reducida extensión, en la sierra de Cazorla.

Si bien no es muy frecuente, el empleo de técnicas de análisis novedosa está permitiendo describir nuevas plantas. Las dos especies analizadas por los científicos asturianos todavía no forman parte de ninguna lista roja ni catálogo de protección de flora, a pesar de sus reducidas poblaciones. Con su trabajo, los investigadores de la Universidad tratan de establecer estrategias adecuadas para la conservación de estos "raros y amenazados" endemismos ibéricos y proponer su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y, si se considera adecuado, en el del Catálogo Español de Especies Amenazadas y en las correspondientes normativas autonómicas, con la categoría que se estime más adecuada de acuerdo con los resultados que se obtengan.

Algunas de las poblaciones de Rivasmartinezia, en particular la cazorlana, podrían verse afectadas por el cambio climático, dado que crece en zonas muy frías con exposición al norte, ocupando las mayores altitudes de las cimas de las montañas. Por tanto, no tiene posibilidad de ascender más si se enfrenta a un calentamiento climático.