Con Francisco Sosa Wagner en la tribuna del paraninfo de la Universidad de Oviedo nadie se aburrió ayer. De su intervención, plato fuerte del acto académico de entrega de diplomas a los graduados de la Facultad de Derecho, se desprendieron algunas ideas ilusionantes.

Una, dicho en cristiano y por las claras, es animarse a suprimir el Consejo General del Poder Judicial. La segunda, acabar con el trasiego de algunos desde la Justicia a la política, ida y vuelta, que dan una imagen "demoledora y deplorable". La tercera, cambiar de sede al Tribunal Constitucional "para alejar a los magistrados de la contaminación de la clase política madrileña". Sosa Wagner sugiere "una ciudad machadiana y a ser posible sin AVE... como Oviedo, por ejemplo".

A los jóvenes titulados y a los cada vez más talludos profesores, y a un montón de rendidos padres y madres de alumnos, Sosa Wagner, catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de León, les envió una dosis de pragmatismo: "Olvídense de un Poder Judicial, así como mayúsculas, independiente porque no ha existido nunca ni aquí ni en otros sitios. Desde el año 1812 no hubo en España ni un minuto de independencia del Poder Judicial. Tenemos que contentarnos con unos jueces y magistrados de carne y hueso que sí sean independientes".

Y los hay; la inmensa mayoría. "En general la politización de la Justicia no existe. La mayoría de los jueces sienten indiferencia hacia la política". Otra cosa es el mecanismo de nombramiento de la élite judicial, dijo. Del Supremo para abajo. "El que no está afiliado a una de las dos asociaciones judiciales que mandan y que hacen un intercambio infame de cromos, no tiene posibilidades de llegar a esa élite" aunque luzca canas y tenga la espalda dolorida de tanto trabajar.

Francisco Sosa Wagner reclamó "suprimir la competencia de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para los nombramientos discrecionales. Para ello no hace falta modificar la Constitución, sino derogar un simple reglamento que es asqueroso, una auténtica porquería". El CGPJ "puede desaparecer mañana y no pasaría nada porque no es una herramienta inexcusable de un estado de derecho", señaló el que fuera eurodiputado por UPyD.

Sosa reivindica sin fisuras un sistema reglado de ingreso, ascenso y jubilación de jueces y magistrados. "Un sistema en el que no haya posibilidades de discrecionalidad y que garantice una vida profesional regulada por ley y no condicionada por los pactos y enredos de las asociaciones profesionales y los partidos políticos". Al final todo apunta a un objetivo prioritario: "restablecer la dignidad de la Justicia".

Lo que sirve para los jueces sirve para los fiscales, aseguró el ponente, para quien el Consejo Fiscal debe tener voz obligatoria y vinculante" a la hora de decidir los ascensos. Sosa Wagner sostiene que el fiscal general del Estado en España es un personaje "que tiene unas atribuciones como no las tiene nadie en un estado de derecho".

La fiesta de los abogados responde a la conmemoración de San Raimundo de Peñafort, patrón de los estudios de Derecho que en realidad tiene "su" día el 7 de enero.

El acto estuvo presidido por el rector Santiago García Granda, que se llevó para casa algunos deberes que le tenía reservados el decano de la Facultad, José María Roca: más estabilidad para el personal de administración y servicios y más recursos humanos docentes. "Las plantillas de los departamentos se redujeron de manera alarmante. No debería haber una sola área de conocimiento sin al menos un catedrático", explicó el decano. En Derecho y en muchas otras escuelas y facultades de la Universidad asturiana esa premisa no se cumple ni de lejos.

Por el estrado del Paraninfo pasaron ayer a recoger sus acreditaciones académicas 73 jóvenes (47 mujeres, 26 varones). A ellos se refirió el decano Roca: "Confiad en la formación recibida y en vosotros mismos. Que nadie limite vuestra ambición, ved siempre el futuro con optimismo y pensad que el éxito depende sobre todo de vuestra capacidad de esfuerzo".

Esfuerzo y voluntad. A este último concepto se refirió el Rector, con una cita de Albert Einstein que le gusta: "La voluntad es la mayor fuerza motriz que se conoce". García Granda pidió a los jóvenes licenciados y egresados que "sigan en contacto con nuestra Universidad".

Hubo algún recuerdo tan obligado como entrañable. A dos profesores que eran institución y que nos dejaron: María José Villa Robledo y Andrés Corsino Álvarez Cortina. El Rector rememoró la figura del rector Leopoldo García-Alas García- Argüelles, asesinado hace ochenta años.