El fuerte despliegue policial en algunas calles del centro de Gijón ayer por la mañana causó sorpresa entre los viandantes y conductores. Las medidas y precauciones tomadas por las fuerzas de seguridad, tanto Policía Nacional como Local, han sido tan intensas que muchos no acertaban a relacionarlo con la celebración de la principal procesión del Domingo de Ramos, que ha sacado a la borriquilla desde Cimadevilla hasta San Pedro, dando un pequeño rodeo por calles del centro.

El perímetro de seguridad se extendió varios metros más allá de los lugares de paso de la procesión. Así, en Marqués de San Esteban el tráfico se cortó a la altura de Felipe Menéndez, cuando el acto religioso ni siquiera llegó a pasar por los Jardines de la Reina.

La Policía Local se situó en diferentes calles, como Marqués de San Esteban o San Bernardo, para cortar el acceso de cualquier vehículo, apoyados en barreras de contención. Además, había presencia de unidades de la Policía Nacional.

La Policía Local de Avilés no fue convocada a la reunión de coordinación, pero tiene sobre la mesa las directrices que se dictaron en diciembre para las fiestas navideñas y será las que aplicará. Pese a que Avilés concentrará en los próximos días a miles de personas por las fiestas de El Bollo y la Comida en la Calle, juega con la ventaja de que todos los festejos se celebran en el casco histórico, en el que se corta el tráfico con bolardos, lo que facilita el control del paso de vehículos y sirve al mismo tiempo para impedirlo.

En Oviedo, el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, aseguró que se han intensificado las medidas de seguridad de cara a la próxima semana. Se tratará, según explicó, de un operativo "discreto" y preventivo, que se ha dispuesto en coordinación con la Policía Nacional. El edil ovetense señaló que, tras el atentado de las pasadas Navidades en un mercadillo de Berlín, Oviedo cuenta con un plan de autoprotección para la Cabalgata de Reyes, el desfile del Día de América en Asturias y el de Carnaval. En Semana Santa también se refuerza la vigilancia, aunque las medidas adoptadas no son tan visibles como en la pasada Cabalgata navideña.