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ANA ESTHER MARTÍNEZ | Escritora

"En asturiano digo lo que quiero decir, lo encuentro más íntimo, más guapo"

"Escribí el libro 'Al debalu' para acercar la poesía a la gente: son poemas con vocación de cuentos, los hice para que fuesen más amenos"

Ana Esther Martínez Sierra, en Nava. MANUEL NOVAL MORO

La escritora naveta Ana Esther Martínez acaba de publicar su segundo libro, el poemario "Al debalu" (Camelot), que sigue a su ópera prima "Mientres nos añen les agües". Además, recientemente ha sido proclamada ganadora de la segunda edición del Concursu de relatos curtios "Conceyu Candamu", con el cuento "El llagu de los cisnes", que le entregarán en fecha aún por determinar, una vez que se publique el libro con todos los trabajos galardonados en el certamen. El asturiano es su lengua literaria.

- ¿Cuál fue el origen de su último libro?

-Vino de una intención especial, la de acercar la gente a la poesía. Hay quien reniega de la poesía porque dice que no la entiende. Entonces, yo hice poemas con vocación de cuentos, para que fuesen un poco más amenos. Hay personajes y pequeñas historias como las que encuentras en la vida, muy cargadas de sentimiento y de emoción. A mí la poesía me sienta tan bien cuando la leo, me serena tanto el espíritu que yo quiero exorcizarla, que la gente no se eche para atrás.

- ¿Por qué cree que hay tanta prevención con la lectura de la poesía?

-Recuerdo que un día lo comenté con Antón García y él me dijo que ésta era la gran pelea desde hace muchos siglos, y lo comparó con los cuadros abstractos. Tú te pones delante de un cuadro abstracto y no sabes realmente lo que quiso decir el pintor, pero puedes decir si te gusta o no por ese poso que te va dejando. Con la poesía pasa lo mismo. Puedes leer una poesía y sin entender del todo lo que dijo el poeta, pero puedes darle tu propia interpretación, puedes quedarte con la esencia. Mi poesía pretende tener música y que aunque la gente no sepa lo que quise decir se emocione en cierto modo.

- ¿Por qué eligió el título "Al debalu"?

-Al debalu significa sin rumbo, y todos andamos a veces así, y nos pasan cosas, y eso es lo que está sintetizado en la mayoría de los poemas. Son detalles de la vida. En toda vida hay errores y aciertos, buenos y malos momentos. La mayoría está inspirado en hechos reales, historias que me contaron o que yo veo.

- ¿Siempre ha escrito en asturiano?

-No. Antes escribí en castellano, pero sólo para mí. Hace cuatro años, vi en la Mancomunidad de la Comarca de la Sidra, donde trabajo, un letrero que traía "Cursín de asturianu". Me dije: "¡Qué guapa la palabra cursín!", y me apunté con mi marido. Aquello fue un descubrimiento para mí. Hasta entonces nadie me había querido enseñar asturiano: como estaba estigmatizado y feo hasta hablarlo, nadie me hizo ver lo precioso que es. Estando en el curso fui a la biblioteca y busqué autores. Hasta entonces nunca los había leído. Leí muchos libros que me gustaron y cuando descubrí "Díes de muncho", de Antón García, pensé cómo se podía escribir un cuento en asturiano tan hermoso. Entonces, me dije: "Algún día tengo que escribir cosas así de guapas". Me gustaba mucho escribir desde cría, y no me veía natural cuando escribía en castellano, porque no acababa de ser yo. El curso acabó en un mes y medio y yo seguí. Seguí leyendo, empecé a escribir cosas y poco a poco fui abriéndome camino.

- ¿Vio entonces el asturiano como su lengua literaria?

-Sí. Me empapé tanto de él que me gustó mucho más que cuando escribía en castellano. Sonaba más íntimo, más guapo. Decía lo que realmente yo quería decir. Lo encuentro más tierno, más dulce, más apasionado.

- Y un día empezó a mostrar su trabajo.

-Sí. Cuando me quise dar cuenta ya tenía un montón de cuentos, de historias y de poesía y decidí esparcerlos. Publiqué un primer libro con Saltadera, "Mientres nos añen les agües", que fue una autoedición pero con la ayuda de Antón García, que para mí fue una enseñanza increíble. Y este segundo, con Camelot. Y gané algún concurso: el de cuentos por la oficialidá de Bimenes, por ejemplo. Y acabo de ganar el de relatos curtios del Ayuntamiento de Candamo.

- ¿Sigue teniendo que explicar por qué escribe en asturiano?

-La gente que me conoce ya sabe que escribo porque me gusta y que elijo el asturiano por eso. Pero todavía hay gente que me pregunta: "¿Cuándo vas a escribir en castellano?". Ahora, creo que el asturiano gusta más fuera de Asturias que aquí, que hay mucho prejuicio y reparo. La gente de fuera lo ve como un idioma, lo analiza y siente interés.

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