Los montes costeros del concejo de Llanes, entre Purón y Posada, han pasado en unos días del verde al negro. Los incendios, que las autoridades consideran provocados, han arrasado cientos de hectáreas, buena parte de ellas repobladas con especies autóctonas, en zonas que en su mayor parte no son de pasto, lo que lleva a pensar a los investigadores que los pirómanos solo buscan "hacer el mayor daño posible". Todos los incendios de Llanes, una decena, están ya controlados, pero se mantiene la "atención especial" en el de Pielasierrra, en el Valle Oscuru, por el elevado valor económico y ecológico del monte.

En el Altu Caxiga, las llamas llegaron a estar muy cerca de una gasolinera. La carretera actuó como cortafuegos, pero los bomberos no dejaron de actuar para evitar sustos.

Las llamas generaron una luz amarillenta y una ingente cantidad de humo en buena parte del concejo durante las primeras horas del día. Tanto así que, pese a la ausencia de nubes, en algunas zonas no se veía el sol. Y una capa de ceniza cubría el capó de los coches. Los equipos de emergencias se vieron obligados a trabajar un día más sin descanso para controlar los incendios declarados en Pielasierra, La Llende, Buda, La Galguera, La Pereda, Balmori, Purón, Lledías, Turanzas y San Roque. En Pielasierra se trabajó con apoyo aéreo, y en La Pereda, la complicada orografía hizo imposible que los equipos de emergencias llegasen hasta el foco principal, que avanzaba Texéu arriba.

"Los incendios van apagándose al consumirse buena parte del matorral", aseguró el edil de Ganadería de Llanes, Javier Martínez. El Ayuntamiento se pedirá que se investiguen las causas de los incendios. "Ha sido una catástrofe y una muy mala noticia para los ganaderos. No es justo que la sociedad atribuya la autoría del fuego a este sector. Muchas de las zonas quemadas no son lugares de pasto habitual. Quemar con el viento que hizo estos días y con este calor no tiene sentido. Es un acto delictivo y una locura", señaló el concejal llanisco.